Pactos cruzados
La apuesta por el diálogo avanza en Euskadi tras los pactos por los que EH Bildu apoyará los Presupuestos de Álava y el PP los de Gipuzkoa
Los pactos entre diferentes constituyen una realidad asentada en Euskadi desde los primeros años de la etapa autonómica. La cronificada fragmentación del mapa político ha ... obligado a formar coaliciones en los distintos niveles institucionales. Resulta saludable que, junto a ellas, empiece a ser habitual el entendimiento en cuestiones relevantes entre los gobiernos de turno y grupos de la oposición. Una situación favorecida no solo por la necesidad de alcanzar mayorías suficientes, sino por una palpable distensión de las relaciones partidistas tras el final del terrorismo de ETA. También por el prestigio adquirido por el diálogo y la búsqueda de consensos -incluso aunque no sean atirméticamente imprescindibles- como herramientas para que la toma de decisiones refleje cuanto sea posible la pluralidad social. Es exagerado hablar de oasis vasco. Pero el clima en nuestra comunidad, sin estar exento de ruidosos encontronazos, nada tiene que ver con la insufrible crispación entre los dos bloques enfrentados en el Congreso, lo que solo puede ser motivo de felicitación.
El acuerdo anunciado ayer entre la Diputación de Álava -controlada en minoría por el PNV y el PSE- y EH Bildu para aprobar los Presupuestos forales, que estaban en riesgo de ser prorrogados por segunda vez consecutiva, es una buena prueba de ello. Ambas partes han acercado posturas que parecían irreconciliables y, en un ejercicio de pragmatismo, introducido en ellos enmiendas por valor de 10,6 millones. El Ejecutivo de Ramiro González se había apoyado hasta ahora en Elkarrekin Podemos para sacar adelante el impuesto a las grandes fortunas y en el PP para otras medidas económicas. Jeltzales y socialistas acaban de lograr el respaldo de los populares para disponer de Cuentas en Gipuzkoa. Con esas combinaciones, Euskadi entra en una dinámica de pactos cruzados en la que las distintas formaciones se esfuerzan en presentarse como abanderadas del interés común en una batalla por el relato que explica el pulso sobre los Presupuestos entre el Gobierno vasco y la izquierda abertzale aunque el primero tiene la mayoría necesaria.
Si bien estos movimientos no están exentos de tacticismo, han ofrecido por ahora resultados tangibles. Frente a la hiperventilación de Madrid, bienvenida sea la predisposición al entendimiento, que tiene por delante pruebas de fuego en desafíos que requerirían grandes acuerdos de país como la reforma del Estatuto, la de Osakidetza o la crisis de la vivienda.
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