Investidura en el aire
Si hay algo que los dos aspirantes a hacerse con las riendas del Gobierno deben mantener en el tiempo de espera es la institucionalidad
Las elecciones del domingo dieron ayer paso a la concurrencia de dos aspirantes a la investidura -el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el ... del PSOE, Pedro Sánchez-, para lo que tendrán que postularse asegurando al Rey que cuentan con los apoyos parlamentarios necesarios. Algo que ambos partidos podrán tratar de demostrar en el pleno de constitución del Congreso para la XV Legislatura, en la elección del presidente o presidenta de la Cámara Baja y de los demás integrantes de la Mesa. Es de esperar que ninguno de los dos candidatos se presente al trámite de elección sin contar con el respaldo preciso. Feijóo mostró su intención de establecer contactos con las demás formaciones, una iniciativa que le corresponde como cabeza del partido más votado. Cabe descartar que el PSOE de Sánchez, quien no felicitó a su contrincante por haber ganado los comicios, favorezca su investidura. El líder socialista trasladó a la ejecutiva de su partido el convencimiento de que logrará los votos para un Gobierno de coalición con Sumar. En otras circunstancias el presidente en funciones esperaría a que se malograra el intento de dirigente popular para postularse después a la investidura. Pero no parece probable que este último se exponga a recibir más votos en contra que a favor propiciando así una alianza alternativa liderada. De modo que éste se verá obligado a explorar el apoyo de ERC y la abstención de Junts, toda vez que puede asegurarse sin tantas dificultades el concurso de EH Bildu y del PNV. Los portavoces del partido de Puigdemont y el propio huido se muestran muy reticentes a facilitarle la investidura. Pero parece más dudoso que después del serio revés sufrido el domingo por ERC, Junts y la CUP, el independentismo catalán vea incentivos en un bloqueo parlamentario abocado repetir elecciones.
Al frente del Gobierno en funciones, Sánchez no se apresura a mostrar sus cartas, mientras ejerce la presidencia de turno de la UE. Si hay algo que los dos aspirantes a hacerse con las riendas del Ejecutivo han de mantener en este tiempo de espera es la institucionalidad. En especial quien intenta continuar en La Moncloa. La fuerza más votada merece una consideración que nadie puede desdeñar. Y el presidente en funciones no puede escuchar que desde Junts se reclama la autodeterminación y la amnistía a cambio de apoyar una eventual investidura sin advertir de que no tienen cabida en la Constitución.
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