Dosis de recuerdo
- EDITORIAL - ·
La explosión de contagios provocada por ómicron deja en segundo plano el éxito de un año de vacunas y abre paso a nuevas restriccionesEl Correo
Martes, 28 de diciembre 2021, 00:05
La vacunación contra el SARS-CoV-2 en nuestro país cumplió ayer su primer año. Estremece imaginar qué habría ocurrido si no se hubiesen logrado ... vacunas, o si la campaña no hubiera sidoresultado tan eficaz gracias al sistema sanitario público y a la disposición ciudadana. España tiene sobradas razones para mostrarse satisfecha en comparación con los países de nuestro entorno europeo. Pero no podemos conformarnos con el esfuerzo realizado cuando la fuerza infectiva de la variante ómicron está convirtiendo la sexta ola en un desafío que nuevamente escapa de lo previsible. En la actualidad y sobre una población de 47 millones, hay casi 38 millones de vacunados con pauta completa, y de ellos casi seis millones han recibido además una dosis de recuerdo. Son las cifras del éxito. Pero esos mismos datos ofrecen el reverso de la situación. La administración de los refuerzos no está siendo tan exitosa como la de la pauta completa. Un 14% de los mayores de 70 años no ha recibido todavía ese tercer pinchazo, cuando prácticamente el 100% cuenta con la dosis completa. El porcentaje mejora cuando decrece la edad, aunque todavía solo el 21% de la población menor de 12 años cuenta con la primera dosis. Todo ello con notables diferencias territoriales. Dando por supuesto que el negacionismo parece residual o más bien difuso entre nosotros, es imprescindible insistir en que la pauta completa se queda en nada sin la tanda de recuerdo.
Durante buena parte del período de vacunación iniciado hace un año se mantuvo la idea equívoca de que alcanzada una inmunidad de grupo fijada en el 75% de la población la pandemia sería vencida. Sugiriendo que una vez protegidos dos tercios de los ciudadanos el resto de la población quedaría a salvo. Fue un mensaje que, extrañamente, se convirtió en institucional. Hasta que las evidencias aparcaron un esquema voluntarista y en nada científico, y hoy se aspira a inmunizar al 100% de los habitantes del país. Además, ómicron ha confirmado la naturaleza global de una amenaza que se mantendrá latente mientras la humanidad entera no tenga acceso a los sueros. Es probable que la inmunidad híbrida que consiguen los vacunados que resultan infectados sea robusta y duradera. Pero nos encontramos tan lejos de domesticar el coronavirus que son imprescindibles las medidas de restricción a las que el poder político ha venido resistiéndose y que se esperan ya hoy en Euskadi y las comunidades limítrofes.
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