El médico y la máquina
Hasta ahora, los profesionales de paliativos callaban porque les dejaban actuar
El doctor Sánchez Etxaniz nunca dijo que recibiera una 'sanción' por haber trabajado fuera de horario. En el ámbito de la Administración, si te amonestan ... por escrito eso ya es una especie de sanción, pero el doctor Sánchez Etxaniz ha puntualizado: fue una amonestación verbal. Una advertencia. Un toque a su equipo, formado por él, otro pediatra, dos enfermeras y una psicóloga, que tienen la misión imposible de atender a domicilio a los niños moribundos, pero solo entre las 8 y las 15 horas de los días laborables. Es decir, las criaturas que se mueran o se pongan fatal fuera de ese horario no deben recibir cuidados paliativos si los padres se las han llevado a morir a casa.
Ante condiciones que parecen dictadas por una computadora, el equipo del hospital de Cruces ha estado brindando cuidados paliativos fuera de esos límites y sin cobrar un euro. Y así, por el precio del horario laboral ordinario, el sistema de salud público recibe horas extras gratuitas y los pacientes son atendidos también de madrugada o en domingo, pongamos por caso. Hasta ahora, la Administración había sido inteligente: callaba y dejaba actuar. Los profesionales, por su parte, callaban porque les dejaban actuar. Pero esta vez alguien echó la bronca a las enfermeras por andar por ahí en un vehículo oficial a deshoras (es decir, echó la bronca a todo el equipo a través del eslabón más fácilmente abroncable).
El médico que ha dado la noticia lleva 13 años en el dificilísimo terreno de los cuidados paliativos pediátricos. Su trabajo no consiste en salvar a niños, sino en verlos morir. Un trabajo que afecta y desgasta. Corregir con más trabajo, voluntario e impagado, la cruel deficiencia del servicio ha sido un esfuerzo duro, pero que encima te digan que cuidadito, atención, si ocurre algo no vas a tener «la cobertura legal del hospital» (y esa misma noche has visto morir a una niña de 4 años...). Eso puede ser la gota en el vaso que rebosa de sufrimiento para hacer que un médico estalle y tenga que irse a su casa a recuperar la salud y la calma.
Qué se dijo y qué no se dijo exactamente y con qué intenciones es el punto donde se busca la prueba, y el consejero de Salud ha salido a decir más: según él, no ha habido amonestación ni bronca ni aviso, solo benévolo interés por la salud de los trabajadores e «información preventiva». No importa. O al menos no es lo importante. Lo importante es, como ha dicho Sánchez Etxaniz, que «la sociedad conozca esta situación, que me consta que también ocurre en otras comunidades». Es decir, que se sepa y se vea que los servicios de atención sanitaria, incluyendo los más sensibles, los más intrísecamente humanitarios, parecen estar organizados (limitados) por una máquina.
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