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Barrenderos trabajando tras el txupin de la Aste Nagusia. Jordi Alemany

Fiesta

Los políticos que tienen las competencias demuestran a menudo su incompetencia

Miércoles, 27 de agosto 2025, 00:01

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Se han necesitado 600 personas, personas de Bilbao, para limpiar lo que otros bilbaínos (y algunos invitados) ensuciaban durante las fiestas. Antes de que acabara ... la Aste Nagusia, el alcalde y cuatro concejales acudieron a un acto de homenaje a estas brigadas de limpieza sin las cuales el jolgorio se habría desarrollado muy pronto en un magnífico vertedero. Luego están las fiestas privadas que algunos ciudadanos celebran periódicamente en los espacios públicos y de las que, según parece, quieren dejar constancia. Para ello abandonan tras de sí botellas, latas, bolsas, restos de comida y, a veces, otros residuos de tipo orgánico que no voy a nombrar. Si no tuviéramos un servicio de limpieza que trabaja todo el año, silenciosamente, constantemente, creo que la villa sería un magnífico vertedero, a juzgar por el aspecto de ciertos lugares durante el tiempo que pasa entre el último vertido de vasos, bolsas y residuos biológicos, y la llegada de los trabajadores municipales que devuelven a las aceras, las plazas y los parques su carácter de espacios vivibles.

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