La era del feminismo
Para presentar en televisión o ser analistas políticas, las mujeres tienen que ser bellas
Cuando todas las profesiones eran profesiones masculinas (salvo maestra y secretaria, enfermera y costurera), las mujeres que se adentraban en territorio hostil tenían que demostrar ... a cada paso su competencia. Se veían cuestionadas, ignoradas, obligadas a demostrar que podían hacer su trabajo tan bien como un hombre. Como si pasaran muchas veces el mismo examen. La refinería de Puertollano, inaugurada en 1966, se construyó según proyecto del «ingeniero Sánchez», que ganó el concurso convocado, pero el «ingeniero Sánchez» era Araceli Sánchez Urquijo, la primera ingeniera de caminos de España. Si hubiera firmado «Araceli Sánchez» su proyecto no habría parecido tan bueno.
Es una historia contada con muchos nombres, con muchas fechas, una historia de superación y de valor. La han contado ellas mismas. Sobre todo quienes se metieron en el berenjenal de los 'mass media' por la puerta de la imagen o de la palabra. Mujeres como Marisa Flórez o Victoria Prego. Vaya, esta gente tenía que ser buena en lo suyo, y tenía obstáculos extraordinarios que superar. Ahora también se enfrentan las mujeres a obstáculos extraordinarios, específicos de su sexo, porque, no sé si alguien se ha dado cuenta, pues no se nota nada, las que se dedican a la comunicación audiovisual (y cada vez más las que se dedican a la política) tienen que ser entre guapas y extraordinariamente guapas. Y además, ir pintadas como coches. Y además, ir vestidas como si fueran a asistir a una gala de los Oscar. Esto no se les exige a los hombres, donde, al contrario, en ciertos medios se diría que son seleccionados por su excepcional fealdad.
Y esto sucede en la era del feminismo que los partidos llevan en el ADN, en la boca, en el micrófono, así que debe de ser cosa muy feminista. ¡A ver si no van a poder ir ellas con un escote hasta el ombligo y pintadas como coches si quieren! Sí, pero no se trata de eso, se trata de que, si no lo hacen, no trabajan. Hay un nuevo obstáculo que tienen que superar las mujeres para ser presentadoras de televisión o analistas políticas. ¿Ser tituladas en Políticas? No, la titulitis no es precisamente una enfermedad que nos afecte mucho: ser bellas y exhibir su belleza. Ser ardientes (en la exposición de los argumentarios de los partidos) y descaradamente bellas. Es el primer requisito. Podría pensarse que detrás de esta selección hay mentes y cuerpos masculinos que tienen poder para que se produzca. Podría pensarse que esto solo puede responder a los gustos, deseos, fantasías y preferencias del macho de la especie en su aspecto heterosexual y sexualizador. Pero no, no puede ser… ¡si estamos en la era del feminismo! La gente es muy mal pensada y dice cosas terribles en la calle, en los bares... No comprenden que el feminismo ahora es así.
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