El tenor desafinaba en un teatro cartagenero. Era un tipo listo y, antes de que le tiraran tomates, gritó: «¡Viva Cartagena!». El público, harto de ... depender de Murcia y ebrio de identidad, respondió: «¡Viva!». Y se lió. Era la I República y en días sucesivos se proclamaron independientes Béjar, Jumilla, la aldea toledana de Camuñas y así hasta 30 pueblos. Cuando llegue el invierno, que llegará, culparemos a Madrid o a Valladolid de nuestros males y, al socaire del tenor que triunfó con la opereta Teruel Existe, nos envolveremos en las banderas locales de Soria ¡Ya!, León Ruge, Cáceres se Mueve, Forzados de Almadén, Jaén Merece Más o Paisanos de Sancho, sumaremos a ERC, JxCat, CUP, Bildu, PNV, CC, NC, PRC y BNG y a ver quién es el guapo que gobierna España. Será una subasta de AVE, regadíos y paradores de turismo y la legislatura durará lo que tarden los de León en rugir al comprobar que la cecina no ha sido declarada plato nacional.
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