Empieza el curso, qué nervios. ¿Te imaginas que todos los profesores se cogieran la baja por depresión? Es un mal chiste, lo sé, perdona. Aunque, ... en serio, ¿te lo imaginas? Podría ocurrir. Y lo sabemos. Sería el terror. En cierto modo, lo raro es que no ocurra. Mi padre decía siempre algo parecido. Decía: parece mentira que esto aguante, que no pasen más cosas. Una frase que soltaba mucho. Y que sugiere una tesitura mental peculiar. No sé si optimista o pesimista. Pero en vez de lamentarse por todo lo que sale mal o es un desastre más o menos deliberado, como lo de los jueces, por ejemplo, él mostraba su extrañeza e incluso, muchas veces, su admiración ante el hecho de que las cosas no estuvieran aún peor. Como si en el fondo pensara que lo lógico es que estuvieran mucho peor, dada la idiosincrasia de la naturaleza humana, por decirlo así, claro, supongo. Jueces, profesores, médicos, lo que sea: todo podría estar mucho peor. Lo cual, según cómo lo mires, ya sería suficiente motivo de alegría, ¿no? En fin, no sé.
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Un comentario visto en las redes: la palabra que más se repite en los chats de padres de alumnos de la enseñanza pública es 'bizum', mientras que la palabra que más se repite entre los de la privada es 'fenomenal'. De acuerdo, puede que no sea cierto, pero si te hace gracia es porque, aunque no sea cierto, es verdad. A alguna gente le va todo fenomenal, eso ya lo sabemos. Si te va todo fenomenal, se entiende que te pases el día diciendo fenomenal a todo. Pero también hay muchos o muchas que están todo el día diciendo fenomenal por aquí y fenomenal por allá y sabes que de eso, nada. Siempre he pensado que ponerse la máscara del 'todofenomenal' tiene que ser duro a la larga, pero bueno.
Isabel Diaz Ayuso es un ejemplo de gobernanta a la que le gusta hacer ver que todo va siempre fenomenal. Hay atascos, hay contaminación y ella: fenomenal. Está visto que a mucha gente le hace gracia ese rollo tipo desparpajo macarra con cierto recochineo de clase privilegiada. Pero ahí hay una trampa, creo. Porque a mucha gente no le va fenomenal y ella lo sabe. Hace unos días, Mariano Turégano, un vecino de San Sebastián de los Reyes, se hizo famoso por un día al denunciar en el pleno de su Ayuntamiento las fenomenales penurias de las residencias de ancianos. Y la cara que puso ese día la presidenta de Madrid la vio todo el mundo.
Hay que salvar lo público, es crucial. No se puede privatizar la educación, no se puede privatizar la sanidad, no se puede privatizar la justicia. Hay intentos de hacerlo. Constantes. Feroces. Ojo, vienen tiempos de 'Sálvese quien pueda'.
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