El pasado mes de julio se celebró en Madrid un Congreso Internacional de Botánica que pasó sin apenas dejar rastro entre los medios de comunicación, ... más ocupados en vigilar La Moncloa o la oreja de Trump. El año pasado, la Comisión Internacional de Nomenclatura zoológica reconoció que algunos nombres científicos podrían ser ofensivos por homenajear a dictadores o personajes históricos considerados racistas, y en el reciente congreso se propuso rechazarlos. La verdad es que me quedé pasmada de que la cultura de la cancelación hubiera llegado a los escarabajos, pero así es.
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Durante siglos, los investigadores han bautizado a los seres vivos con un nombre científico compuesto por dos palabras: el género y la especie. Un tipo de escarabajo descrito en 1937 se llama 'anophthalmus hitleri' en homenaje a Adolf Hitler. Una flor de Guinea recibió el nombre de 'hibbertia vestita', por George Hibbert, un defensor de la esclavitud entre los siglos XVIII y XIX, y así sucesivamente. Uno de los intervinientes aclaró que había mas de un centenar de géneros de plantas que se habían bautizado con nombres de personajes históricos que estaban en cuestión. Cristóbal Colón o Hernán Cortés son algunos de estos casos. Colona es un género de plantas de la misma familia que las malvas. Y cortesía es un género emparentado con las flores 'nomeolvides'. La decisión final fue eliminar 200 nombres relacionados con la palabra cafre procedente del árabe 'kafir' (pagano o infiel). Ni entro ni salgo, solo dejo constancia de los hechos en este verano sin luz ni estrellas, donde la naturaleza se pone de pie y yo diría que hasta de rodillas.
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