De una vez

Vale, hay muchas cosas importantes ahora. Cada vez más, me parece. Y todas muy apelotonadas. Qué mundo loco. Está lo de la canción de Eurovisión: ... de pronto Eurovisión es lo más. Todo el mundo hablando de eso, no me lo puedo creer. Y lo de Ucrania, bueno, ese es un asunto complicado, alta gestualidad: eso lo sabrán los tertulianos. Pero, ¿lo de la luz, qué? Que vale, que lo primero es la pandemia, que va a menos, afortunadamente, y que no hay que bajar la guardia. La fatiga de las enfermeras y todo eso. Y luego lo de los casos de pederastia en el seno de la Iglesia, que, claro, eso también es lo que es, en fin, un pozo sin fondo, ya veremos. Pero, ¿lo de la luz? ¿Eh? Que sí, ya lo sé: lo mal que Aznar trata siempre a Casado, también ese es un tema con mucha miga. Pobre hombre, si ya no sabe ni qué cara poner, ¿no? Y todo el rollo de las macrogranjas, comprendo que es grave. Que si se permite eso, pronto solo habrá macrogranjas. Por cierto, ¿te has fijado en las pintas que tenían los que han asaltado el Ayuntamiento de Lorca con ropa de camuflaje? ¿No daban un poco de miedo?

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Pero, bueno, a lo que iba: el tema de la luz. Vale, y lo de Nadal también, claro: eso es una auténtica hazaña, un ejemplo para propios y extraños. A mí me encanta el tenis, que conste. Pero, escúchame un momento, por favor: lo del precio de la luz, en serio, ¿no es un escándalo? Eso, ¿qué es? O mejor, ¿qué significa? ¿Significa que ese es el sistema del mundo? O sea, que el mundo ¿funciona así? Que no se puede hacer nada, ¿significa eso? ¿De verdad? Porque yo no me lo creo. Siempre se puede hacer algo. Y debe hacerse. Entonces, ¿por qué no lo hacen de una vez?

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