Condenados a entendernos
Estamos obligados a entendernos con Marruecos». Se lo hemos escuchado decir a los últimos ministros de Exteriores de los dos grandes partidos cuando algo chirriaba ... en la frontera, pero la dinámica de ese misterioso entendimiento no funciona. Marruecos se siente capaz de dejar plantado a Sánchez y a su corte de ministros, a pesar de que el presidente lleve toda la legislatura dándole friegas de aceite de argán al mismísimo Mohamed VI. La política exterior debe tener la prudencia de quien sabe que sus decisiones afectan al futuro, a la mismísima historia de un país y a las necesarias relaciones económicas con los demás. La ocultación de la verdad y la opacidad de los movimientos de este Gobierno empiezan a ser insufribles para los que deseamos entender sus decisiones.
En teoría, Mohamed tendría que poner a Sánchez alfombra roja; le ha cedido la perla del Sáhara a cambio, mientras no se nos explique, de nada y hace una escasa semana Reporteros sin Fronteras celebraba la resolución de urgencia del Parlamento Europeo para pedir a Marruecos que respete la libertad de expresión y libere a los periodistas retenidos. La resolución salió adelante sin los votos de los socialistas españoles que, para vergüenza y pasmo de todos, votaron negativamente junto a la agrupación democrática de Le Pen. La orden fue directa desde La Moncloa, que no quería poner en peligro esta cumbre, la misma a la que el democrático rey ha dado plantón. Me gustaría entender, no a Mohamed, sino al Gabinete ministerial de este país, que sale corriendo de una rueda de prensa cuando los medios de comunicación le piden explicaciones.
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