Sin duda es un fiel espejo del momento en el sector editorial el hecho de que las jornadas bilbaínas sobre 'El autor en el nuevo ... mundo de la edición' se celebren, sí, en formato digital y con retransmisión vía streaming. Lógica consecuente con los tiempos actuales, donde el mundo editorial y toda su cadena de valor se enfrentan a los retos de una transición digital y a los efectos de una pandemia que afecta a su producto, a su consumo y a su distribución y venta.
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Afortunadamente, la enorme relevancia empresarial del sector editorial -una de las dos verdaderas industrias culturales en España- facilita su adaptación tecnológica en medio de un modelo de negocio múltiple en el que aún conviven viejos y nuevos formatos, todo lo cual refleja una preparación adecuada ante los cambios continuos. En este cambio de paradigma hay beneficios para el sector -producción, agilidad de difusión y promoción, ahorro de costes- y también para los autores -autoedición, contratación, difusión-. Eso sí, son las librerías físicas las más afectadas por este cambio de paradigma, agravado por el confinamiento y las restricciones a la movilidad, algo que impone su reconversión al nuevo modelo digital y también requiere un especial apoyo social e institucional. Como felizmente lo importante no es la lectura en papel o pantalla o la compra en la librería o en internet, sino la perduración de la sociedad lectora, la supervivencia de todos los que la mantienen debería estar garantizada.
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