Borrar
El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 5 de diciembre
fotolia

Begoñita

La relación con la tecnología resulta desesperante en demasiadas ocasiones

Viernes, 21 de agosto 2020, 00:13

Comenta

Mantengo una relación de amor y odio con la tecnología. Según los entendidos, es algo frecuente en aquellos que dependen de ella y temen que ... les juegue una mala pasada. Quizás por esa razón pongo nombre a algunos aparatos, como si no acabara de creerme que tamaña inteligencia no lleve escondido un duende, con su corazoncito y su mala leche. A mi GPS le llamé Begoñita, la voz metálica me recordaba a alguien que se llamaba así. Necesitaba hacerla cercana; aquel artilugio me iba a librar por fin de mi condición de eterna desorientada. No nos caímos bien desde el principio. Ya el primer día me mareó dando vueltas y devolviéndome machaconamente a un punto determinado que no era mi destino. Me molestaba mucho que me dijera que siguiera dos kilómetros por la carretera, como si no supiera que estaba en ella, o que me mandara girar hacia el este, presuponiendo que yo sabía dónde estaba el punto cardinal. Ni que decir tiene que he estado a punto de colisionar cuando me ordenaba salir por la tercera a la izquierda, donde me encontraba con una dirección prohibida. Acabé apagando a Begoñita y parando a preguntar, que era lo que había hecho toda la vida; la desconfianza hizo nuestra relación imposible.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Begoñita

Begoñita