La marea morada pierde fuerza en Miranda

Nadie duda de la vitalidad del movimiento feminista local, pero a diferencia de lo ocurrido en otras ciudades, en las que el debate que generan algunos temas como la ley del 'Solo si es sí' obligaba a elegir entre varias convocatorias simultáneas, las mirandesas únicamente tenían una manifestación por la tarde. Y la realidad es que fue secundada de forma tibia, igual que las actividades repartidas a lo largo de la mañana.

Aquellas imágenes de las calles de Miranda inundadas por una marea morada de más de 3.000 personas han dado paso a una foto mucho más deslucida. Entre ambas instantáneas han pasado solo cinco años, pero las diferencias son notables e invitan a una profunda reflexión.

En el 2018 fueron las propias mujeres las que portaban la pancarta; ayer en las primeras filas se podía ver a muchos representantes políticos. Hace cinco años la manifestación fue promovida por una plataforma que aglutinaba a varios colectivos; ahora ha partido únicamente de la administración local.

El coronavirus también supuso un frenazo, pero no se puede obviar que en otros rincones del país, pese a la fractura política, el feminismo ayer mostró que sigue fuerte en la calle. En Miranda, lamentablemente, no sucedió.

A todos los factores mencionados hay que sumar «la campaña de ataque y desprestigio que ha sufrido el movimiento feminista a nivel global; estaba claro que no iban a dejar que siguiéramos creciendo», aseguraba una de las manifestantes. Otras asistentes preferían hacer un ejercicio de autocrítica para justificar porqué el feminismo local ha visto diezmada la capacidad de movilizar. «Otros años trabajamos los lemas con mucha antelación, se convocaron huelgas, los colectivos tuvimos una implicación más activa y visible durante los meses previos,... Las marchas fueron el punto álgido de mucho trabajo anterior».

Entre las asistentes se repetía la pregunta sobre la conveniencia de que la convocatoria parta del Ayuntamiento, suplantando a las asociaciones, y que solo hubiera un colectivo feminista organizando actos, y además de forma paralela. La división quedó patente cuando una de las portavoces de Mujeres en la Calle cogió el micrófono. Aunque tras la lectura del comunicado de la manifestación oficial se invitó a los presentes a acudir también a la otra actividad porque «todo suma y estamos aquí para sumar», Marian Rocandio (candidata de Ganemos en las próximas municipales) no fue tan conciliadora y criticó duramente al equipo de Gobierno por solapar la iniciativa de la asociación que más visibiliza la lucha feminista durante todo el año.

No fue la única discrepancia, ya que unas horas antes de la manifestación, que partió de la calle La Estación y recorrió rápidamente San Agustín, Ramón y Cajal y Comuneros de Castilla para volver al punto de partida, el PP había decidido desvincularse de la movilización por no haberse aceptado algunas de sus propuestas. «Celebramos los avances y reivindicamos aquello que queda por conseguir para lograr la igualdad real y efectiva de mujeres y hombres así como un futuro más feminista», comenzaba un comunicado que para los populares era «insuficiente» porque reclamaba cuestiones como el fin de la violencia de género pero no abordaba otros temas como «el cúmulo de despropósitos legislativos de los últimos meses» o las decisiones de la ministra de Igualdad.

El resto de formaciones con representación en la corporación dijeron presente en un acto en el que se ahondó en las causas que originan la desigualdad, en la brecha salarial, el techo de cristal que impide una «presencia equilibrada de mujeres en los puestos ejecutivos de empresas» o la merma de derechos. «Queremos tener presente a todas las mujeres, todos los derechos, todos los días», enfatizaba el comunicado.