Vitoria-Gasteiz Trail
El auge de las carreras de montaña conquista Vitoria: «Tener estos montes es un lujo»Libertad ·
Dos veteranos del trail analizan la Vitoria-Gasteiz Trail de este domingo y buscan las claves del «brutal» crecimiento de la disciplinaLa Vitoria urbana y la rural se dan la mano este domingo en la Vitoria-Gasteiz Trail. La prueba, organizada por Ascentium y que cuenta con el apoyo de EL CORREO como medio oficial, regresa tras tres años de parón y como testigo de una realidad: las carreras de montaña viven un momento especialmente dulce. Se confirma por la presencia de cada vez más pruebas y, sobre todo, la acogida que recibe por parte de unos corredores que tienen claro su preferencia por el monte sobre el asfalto. Así lo atestiguan dos referentes de la disciplina, el vitoriano Javi Domínguez (49 años) y el segoviano Raúl García Castán (52 años). Ambos saben lo que es llevarse el triunfo en Vitoria, aunque el primero causará baja por problemas de agenda y el segundo apura la recuperación de unos problemas en la planta del pie para estar en la línea de salida. No se quiere perder un trazado especial «que se ve en muy pocas carreras de montaña».
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Los protagonistas
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Raúl García Castán La Granja de San Ildefonso, Segovia. 52 años. Empezó a competir en 2003. Fue uno de los primeros corredores de montaña semiprofesionales de España. Cinco veces campeón de España y una de Europa, ahora ha vuelto al terreno amateur.
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Javi Domínguez Vitoria, 49 años. Tras comenzar a correr en asfalto, a los 30 comenzó a participar en pruebas trail. Especializado en carreras de ultrafondo, con distancias que pueden superar los 150 kilómetros. Cinco veces ganador de la Ehunmilak y dos de la Hiru Handiak.
La prueba plantea dos recorridos: uno de 16 kilómetros y otro de 26. Ambos partirán a las 9.00 del Paseo de Cervantes para, en cuestión de minutos, adentrarse en el bosque de Armentia y ascender al Zaldiaran. La distancia larga hace también cumbre en otra cima mítica de la provincia, Esquível. Un recorrido con un desnivel positivo de 600 metros en la primera categoría y 1.260 en la segunda que, sin embargo, es un buen desafío para novatos. «Las pruebas son tan duras como uno las quiera hacer. Pero a priori es una carrera para todos los públicos, incluso gente que se quiera iniciar y no meterse en un berenjenal. Son distancias, entre comillas, asequibles para todo tipo de público», valora García Castán. Sabe de lo que habla. Cinco veces campeón de España de trail -denominación frecuente de las carreras de montaña-, ganó en 2009 el Europeo y fue uno de los primeros exponentes de la disciplina a nivel nacional. Aunque sus inicios fueran casi por casualidad. «Corría por la montaña antes de saber que existían las carreras de montaña. En mi pueblo, La Granja de San Ildefonso, estamos rodeados de montañas. Como soy muy activo siempre iba corriendo», evoca. «Un día un amigo me dijo que su hermano organizaba una carrera. Era una cosa que no había oído nunca. Y sin haber corrido nunca específicamente para ello quedé tercero. Eso me animó mucho», añade.
Desde sus dos décadas de experiencia, García Castán destaca un trazado bonito y particular. También inusual. «Saliendo casi del centro de la ciudad en dos patadas te plantas en medio de la naturaleza», celebra. Lo normal, recuerda, es que ese tipo de carreras partan de pueblos ya enclavados en la montaña. No que lo hagan desde núcleo urbano. En pleno de Paseo de Cervantes, junto a Mendizorroza. Ahí estará también la meta. Los más rápidos de la última edición invirtieron 1.12.46 (Iñaki Hormaetxe, 16 kilómetros) y 2.11.51 (Julen Martínez de Estivariz, 26). En categoría femenina las ganadoras fueron Ainara Urrutia (1.30.40) y Elzbieta Jaromirska (2.59.12). Domínguez cree que «es un lujo tener esos montes y bosques» al lado de la ciudad. Incluso él, pese a ser vitoriano, tardó en darse cuenta de su valor. «Recuerdo que la primera vez que pasé me dije 'lo he tenido toda mi vida al lado y no me he dado cuenta de lo que tenemos'. Es una zona, sobre todo en otoño, increíble. Un espectáculo visual», añade. Él también coincide en que «la dureza depende de cómo te lo pongas».
«Es un tiempo de relajación»
Domínguez está acostumbrado al ultratrail. O lo que es lo mismo, pruebas que con frecuencia superan los cien kilómetros. En su palmarés tiene la Ehunmilak o la Hiru Handiak, clásicos vascos de la montaña de larga distancia. Como García Castán, su inicio fue natural. «Hice una primera carrera de montaña y me metí de lleno en ellas. Desde que pisé el monte por primera vez no hubo marcha atrás», recuerda. Lo hizo entrado ya en la treintena, pero muchos dan el paso superados ya los cuarenta. Entiende los motivos. «Estás en la naturaleza. Es otro tipo de paisaje. Y la tranquilidad. Vas por bosques, montes, te cruzas con animales… y la soledad, que se vive más. Es un tiempo que dedicas a ti mismo, a pensar en tus cosas. Es un tiempo de relajación», relata. Pero tiene claro que es su sitio. «La experiencia que tenía con el asfalto era la lucha contra el reloj. En su día me gustaba, pero ahora miro para atrás y me parece una tortura», recuerda. Su colega tampoco se ve en esas pruebas. «Salir al campo tiene un componente de aventura».
«Esta actividad aúna el atractivo del deporte y la aventura de estar en un entorno agreste»
Desde esa experiencia conjunta explican el notable crecimiento que está viviendo el trail. «Creo que es una tendencia a dejar la vida sedentaria», percibe el vitoriano. Pese a este 'boom', aún es complicado ser profesional. Él trabaja como físico. García Castán llegó a ser semiprofesional, aunque hace tiempo que bajó el ritmo. Pero celebra un crecimiento, en parte, sorprendente. «Ha sido brutal. Ninguno nos lo imaginábamos cuando empezábamos a correr», reconoce. Pero los alicientes son muy jugosos como para no probar. «Es una actividad que aúna el atractivo del deporte y la aventura de estar en un entorno agreste. Eso es algo muy atractivo», sentencia.
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Cincuenta voluntarios y un ojo puesto en el medio ambiente
La vuelta de Vitoria-Gasteiz Trail tras un parón de tres años por la pandemia supone también un desafío logístico. Así, la prueba contará con cincuenta voluntarios que ayudarán al normal desarrollo de la misma. Hasta 800 corredores podrán participar. Ya no quedan plazas para la carrera de 16 kilómetros y las últimas para la versión de 26 tienen un precio de 48 euros. A los participantes federados que en el momento de recogida de su dorsal presenten el carné se les descontará tres euros. Estos se podrán recoger el sábado en un amplio horario en la Fundación Estadio, en el Paseo de Cervantes. También se podrán realizar la recogida el mismo día de la prueba hasta las 8.45 horas. A lo largo del recorrido habrá tres avituallamientos en la distancia corta y seis en la larga. La prueba pondrá también un ojo en el medio ambiente. Así, se descalificará «de forma inmediata» a lo participantes «por tirar desperdicios fuera de las áreas y los recipiente preparados para tal fin».
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