Un montañero vasco halla el cadáver de Rafa en la misma zona donde se centró la búsqueda
El cuerpo sin vida fue descubierto al pie de una pared de piedra, tras precipitarse desde 200 metros en una zona de difícil acceso y roca fragmentada
Los peores augurios se hicieron realidad. El cuerpo sin vida de Rafael Castaños, el montañero de Santurtzi de 46 años que llevaba seis días desaparecido ... en el lado francés de los Pirineos Centrales, fue hallado a media tarde de este viernes en el Pic Labas. Todo apunta a que se despeñó y que murió en el momento. Lo encontró otro alpinista, también vasco, cuya identidad no ha trascendido, que estaba en Cauterets de vacaciones y que, sabedor de los infructuosos esfuerzos de los equipos de rescate, decidió repasar por su cuenta la zona en la que, todo apuntaba, se había aventurado el vizcaíno. El destino ha querido que sea él quien cerrara una semana marcada por la incertidumbre y el drama.
Matthieu Petit, el jefe del equipo de montaña que ha dirigido las labores de búsqueda estos días atrás, confirmaba este viernes a este periódico que la víctima se precipitó al vacío en una zona de difícil acceso en la cara noroeste del Labas, una cresta que desciende hacia el vecino Pic de Sedes, de rocas fragmentadas y precipicios a derecha e izquierda. «Una caída de 200 metros», calcula, que no deja dudas sobre el fallecimiento inmediato de la víctima, tal y como confirmó un médico de los servicios de emergencia franceses. El cuerpo sin vida ha sido evacuado a una funeraria de Pau, donde se espera la llegada de la familia para hacerse cargo de él.
«Puedes pasar muchas veces por un lugar y no reparar en nada. De hecho, esta misma mañana –por este viernes– habíamos vuelto allí, pero sin resultado», explicaba Petit, quien agradeció la intervención del montañero que hizo el hallazgo. La cresta que desciende de la cumbre del Labas, a 2.946 metros, tiene gran dificultad técnica por lo inestable del terreno. Es la misma donde se había centrado el rastreo, toda vez que el fallecido había dejado indicado en el ordenador de su casa la ruta que iba a seguir durante el fin de semana. Un rastro que Eva, su mujer, trasladó de inmediato a las autoridades galas en cuanto la falta de noticias hizo saltar todas las alarmas.
La repatriación, «el lunes»
El Consulado español en Pau fue el encargado de confirmar la noticia a la familia, al tiempo que sus responsables se apresuraban a trasladar el pésame ante el fatal desenlace y se ponían a su disposición para los trámites de repatriación del cadáver, «que no podrá efectuarse antes del lunes». Fuentes de la Subdelegación del Gobierno señalaban este viernes a este periódico que la legación en suelo francés había mantenido constante contacto durante estos días de zozobra. El dolor hizo presa de inmediato en allegados y amigos, desde el hogar de Rafael Castaños hasta la sucursal del Banco Sabadell en Barakaldo, donde él trabajaba. Unos y otros se agarraban aún a la esperanza de encontrar vivo al desaparecido, para lo que hasta el último momento se planearon batidas por un terreno que no ofrecía respuestas y sí, en cambio, abría muchos interrogantes.
Fueron momentos intensos, de emociones desbordadas y continuas llamadas telefónicas para consolar a Eva y su hijo, ella recién llegada la víspera de Cauterets, donde ha seguido de cerca las labores de rescate que efectivos de las Compagnies Republicaines de Securité (CRS) de Gavarnie y de la Gendarmería francesa han desplegado esta semana. También a Angelines, la madre, que el jueves sostenía un cartel con la fotografía de su hijo en la concentración convocada en Kabiezes, inasequible al desaliento.
En Francia «se han volcado»
Rafael abandonó Santurtzi el pasado sábado para dirigirse en coche hasta Cauterets, en los Altos Pirineos, una zona de gran belleza que él, apasionado a la montaña, había visitado ya en ocasiones anteriores. Su afición le llevaba a aprovechar los fines de semana para hacer escapadas rápidas, pero concienzudamente preparadas. Sus amigos ponderaban estos días atrás el carácter perfeccionista de Rafa, de quien decían que no dejaba nada a la improvisación. Sea como fuere, su pista se perdía en el aparcamiento de La Fruitière, donde su mujer Eva comprobaría días más tarde que del maletero faltaban la ropa de montaña y los crampones. El lugar, muy frecuentado en esta época del año, se encuentra a escasas dos horas andando del refugio Estom, en el que Rafa había hecho una reserva para pernoctar esa noche, pero donde el guarda certificó que no había llegado.
A partir de ahí, las incógnitas rodeaban la desaparición de Rafa, en cuya búsqueda «se han volcado», reconocían estos días fuentes próximas a la familia, los equipos de rescatistas del CRS Gavarnié y de la Gendarmería francesa. Hasta ocho personas han peinado las cumbres por donde Rafa tenía previsto pasar, una tarea para la que han contado con el apoyo de un helicóptero que ha sobrevolado la zona por espacio de siete horas. Labas, Sede, Ardiden, las cascadas que rodean el lago Estom, donde Rafa –aficionado a la fotografía–podría haberse acercado... Nada quedó fuera de su radio de atención. En especial, el col de Labas, donde finalmente se encontró el cadáver, pertrechado con la mochila roja que había señalado la familia y con los politraumatismos derivados de la fatal caída.
La dificultad de la zona empujó a los equipos de rescate franceses a recomendar encarecidamente a los amigos de Rafa que extremaran las precauciones. «No queremos tener que salir en busca de nadie más», advertía Matthieu Petit desde estas páginas, consciente de que el cuerpo aparecería «más tarde o más temprano». La realidad se ha encargado de confirmar su vaticinio.
Las claves
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2.946 metros tiene la cumbre del Labas, la más espectacular atalaya del macizo del Vignemale, en la frontera con España.
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6 días ha durado la desaparición de Rafa, aunque no fue denunciada hasta el domingo por la noche.
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