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Una familia se lleva los 4 millones del Gordo que han tocado en Bilbao

La administración Ormaechea de Alameda Urquijo ha vendido diez décimos del 05490

CARLOS BENITO | NEREA VIEYTEZ

Jueves, 22 de diciembre 2022, 11:22

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Del Gordo de Navidad de este año podemos decir que es un premio muy repartido y también todo lo contrario, que de repartido no ha tenido nada. Todo depende de la perspectiva. En general, el 05490 ha extendido la fortuna por buena parte de España, ya que se ha vendido en 77 administraciones distintas, nada menos: Alfafar, Callao Salvaje, O Porriño, Villanueva del Trabuco, Gibraleón, Fonsagrada, Arroyo de la Encomienda... Pero, si analizamos el asunto con un enfoque bilbaíno, todo cambia: aquí ha llegado un billete (es decir, diez décimos, premiados con un total de 4 millones de euros) y se lo ha llevado íntegro una sola familia, abonada a ese número desde hace más de treinta años. Es la segunda vez que Ormaechea vende el Gordo de Navidad: «La otra fue en 1986, coincidió también con que Argentina ganó el Mundial», comentan.

El primer premio se ha cantado a las 11.21 horas y, en medio de la larguísima lista de administraciones afortunadas, aparecía Ormaechea, el popular despacho de Alameda Urquijo que lleva en el negocio desde principios de los años 40. El gerente, Sergio Etxebarria, y la propietaria, Ana Mendicutti Ormaechea, han empezado de inmediato la celebración: «Es un premio muy bonito para nosotros, porque le ha tocado a una familia que lleva más de treinta años, o quizá cuarenta, abonada a este mismo número: todas las semanas cogen un décimo y, en los sorteos de Navidad y el Niño, un billete entero. Es un premio a la constancia, a la confianza: se trata de un número que eligieron ellos, quizá por alguna fecha importante, y siguen fieles a él». Los loteros saben perfectamente quién es la familia afortunada, pero, por supuesto, no sueltan prenda sobre su identidad más allá de confirmar vagamente que son de Bilbao: «Les ponemos cara, claro».

Pese a venderlo desde hace tanto tiempo, los responsables de la administración han tardado en identificar el 05490. «Estaba escuchando la radio y, cuando ha salido, me ha sonado mogollón, pero tenemos tantos... Luego me he dado cuenta: ¡si es uno que tenemos abonado!», relataba Sergio, mientras organizaba esa alegría ritualizada que acompaña los sorteos de Navidad: los carteles con los números, las camisetas, las sucesivas lluvias de cava, los cañones de confeti... «Estamos acostumbrados a dar premios, pero se sigue sintiendo mucha alegría al hacer millonarios a nuestros clientes habituales, o a los turistas, o a cualquiera que haya pasado por aquí y se haya llevado un número», explicaba la propietaria.

En la calle se ha formado el revuelo propio de estos casos, esa curiosa mezcla de excitación generalizada («¡ha tocado el Gordo!») y decepción personal («pero no me ha tocado a mí»). «Yo también llevo cincuenta años abonada a un número y nunca me toca nada. Vámonos, que me da rabia«, decía una mujer. «La familia no creo que se pase por aquí, ¿verdad? Bueno, si fuese yo, estaría ahora mismo ingresada en el hospital», se reía otra. «Que lo disfruten y que viajen. Y que lo vuelvan a jugar el año que viene, por si acaso», recomendaba a los afortunados una tercera.

Y, cuando la cosa se tranquiliza y los fotógrafos se van, ¿cómo celebran los loteros un día como hoy? «Currando, ja, ja... A la tarde se empezará a pagar algún premio y se animará la gente a comprar para el Niño», explicaba otro miembro del equipo, Alberto Etxebarria. A lo mejor la familia afortunada está llamando para preguntar cómo cobrar los cuatro millones, ¿no? Y doña Ana se ríe: «Noooo, los aficionados ya saben cómo se cobra».

El que ha sido uno de los 'gordos' más repartidos de la historia también ha dejado un pico en Gipuzkoa. En concreto, ha sido la máquina expendedora del comercio Amalur Bideoak de Azkoitia la encargada de llevar la suerte a la localidad al menos a una person. El 05490 se halla entre los números más bajos que han sido agraciados con el primer premio en toda la historia: el récord se marcó en 1828, cuando tocó al 523. Le siguen el 615, que obtuvo el Gordo en 1866, y el 675, al que correspondió el primer premio en 1962.

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