Ver 19 fotos
La tradición de los faroles ilumina la noche vitoriana
Las calles del centro de la ciudad vuelven a brillar con la marcha de una Cofradía sobrada de procesionantes
Hay un elemento invisible, interior, incluso místico, que mantiene vivas las tradiciones. No es necesario realizar grandes convocatorias para que cientos, miles de personas acudan ... a la llamada. En las fiestas de la Blanca, uno de esos actos que atraen como un imán a sus vecinos es la procesión de los Faroles. Este viernes, a las diez de la noche, cumplió con la cita y volvió a iluminar de color y solemnidad las calles del centro de Vitoria.
Son 126 los años ya desde que por primera vez Manuel Díaz de Arcaya y Felicia Olave, atraídos por la brillante colección zaragozana, trajeron a su ciudad una tradición farolera que, por el momento, no pierde fuelle. Con suplentes más que suficientes y una «participación masiva», de 385 cofrades y un buen puñado de txikis, se pudieron sacar prácticamente casi todas las joyas de vidrio policromado -271- en una procesión tan emotiva como solemne para reencontrar a los vitorianos con su patrona un año después.
La procesión contó con muchos chavales y gente joven
Unas 400 personas acompañaron ayer la marcha ante miles de espectadores
Sin ningún incidente -ni siquiera la lluvia- y acompañados del obispo Juan Carlos Elizalde, los penitentes hicieron posible el encuentro de la nobleza con la nobleza: los radiantes misterios con las calles más importantes de la ciudad: Mateo Moraza, Virgen Blanca, Prado, Becerro de Bengoa, San Antonio, Manuel Iradier, Dato -donde la procesión consolida el recorrido ganado el año pasado tras décadas sin poder cruzar entera la arteria vertical de la ciudad-, Postas… y de vuelta a Zapatería 35.
Todo liderado por los rostros más tersos de la cofradía: los niños, encargados de abrir el cortejo religioso con cirios para dejar asegurado el relevo generacional: «Estamos achatando la pirámide», afirmaba ayer Ricardo Sáez de Heredia, presidente de la Cofradía de la Virgen Blanca.
Como viene siendo costumbre, alrededor del 15% de los vitorianos que marchaban ayer en la columna de luces marianas lo hacían por primera vez.
El próximo fichaje
Tras los cirios, un juego de luces y colores que vino a dar más luz a la humilde procesión que venía recorriendo las calles de Vitoria desde 1614 y que hoy sigue atrayendo a los vitorianos con más abolengo. Como los misterios: dolorosos, gozosos, gloriosos y luminosos, además de las letanías.
La Cofradía tiende la mano a Ortiz de Urbina para acompañar a los faroles ahora que ya no es Celedón
En 2022, la Cofradía pudo presumir en su procesión de la presencia de una de las alavesas más ilustres: Eva García Sáenz de Urturiz. Ahora Saéz de Heredia tiene claro quién quiere que sea su próximo 'fichaje': ni más ni menos que el aldeano de Zalduondo. «Hoy no podía, pero ahora que Gorka deja su labor de Celedón, ojalá que pueda procesionar algún año», confesaba en declaraciones a EL CORREO. Ortiz de Urbina ya es desde el año pasado cofrade, así que esa posibilidad no es remota.
Tras la procesión, la actividad de la Cofradía no cesa. Al Rosario de la Aurora se suma hoy en el programa de la entidad religiosa la misa pontifical en la parroquia de San Miguel. Mañana domingo será el día para homenajear a los Celedones de Oro fallecidos. Después llegarán el Día de Edurne y Celedón Txiki, el del blusa veterano y ya el miércoles la salve popular pondrá el broche religioso a las fiestas de La Blanca.
Elizalde se pone el reto de atraer a los jóvenes
Con el corazón dividido entre Lisboa y Vitoria, el obispo Juan Carlos Elizalde no se quiso olvidar en la procesión de los Faroles de los creyentes vitorianos que este año se pierden las fiestas para acudir a la Jornada Mundial de la Juvenud en la capital portuguesa.
El titular de la diócesis alavesa hizo mención específica a los 71 jóvenes alaveses que pasan las fiestas en suelo lisboeta para recalcar lo «positivo» de esa cifra. Aun así, advertía: «Tenemos mucho camino por recorrer».
Y es que los 71 alaveses no suponen ni un 0,1% de los 75.000 jóvenes españoles que se han desplazado hasta la república vecina para participar en el encuentro con el Papa Francisco.
De ahí que considere Elizalde que hace falta «mucho trabajo con nuestros jóvenes en los próximos años». En ese sentido, el obispo de Vitoria ha animado a los católicos de su Diócesis «a sumarse a esta apasionante tarea de dar a los jovenes sentido e identidad cristiana».
Una labor que, en su opinión, compete a «padres, amigos, colegios y parroquias», así como a todo el público que acudió a ver las piezas de la Cofradía de la Virgen Blanca en la noche previa a la festividad de la patrona vitoriana.
En su anterior alocución festiva, en las fiestas de San Prudencio, el titular de la Diócesis arremetió con contundencia contra las grandes empresas, partícipes de un sistema ecónomico «asfixiante y dictatorial», que encuentra en los jóvenes un colectivo muy vulnerable. «Maximizan beneficios sin importar el daño a la sociedad», dijo en referencia a las corporaciones de mayor tamaño, a las que invitó a reflexionar por el hecho de que «miles de familias están sufriendo riesgo de exclusión» al tiempo que sus beneficios crecen.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión