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Fiestas Vitoria | La Blanca 2022

De ninguna parte a ningún lugar

Jueves, 4 de agosto 2022, 00:29

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Cuando algún visitante ocasional se topa con el paseíllo de ida y vuelta que los blusas protagonizan recurrentes cada tarde durante las fiestas patronales, resulta particularmente engorroso explicarle la lógica de tal actividad festiva, sin tener que recurrir a circunloquios interminables.

El sentido iniciático de la kalejira de los blusas -la entrada y la salida de la faena taurina- perdió su razón de ser cuando los toros dejaron de lidiarse; cosa que ocurrió por desistimiento de promotores y no por prohibición municipal, que quede claro.

Como bien dice Iñaki Herrera, El Jefe -en Irrintzi saben de quien hablo-, «la gente que hoy acude a ver el paseíllo de los blusas ve a unos jóvenes que van a un sitio al que no llegan y vuelven más tarde de un sitio en el que no han estado». No me digan que la definición no resulta inquietante y hasta cierto punto surrealista.

El mantenimiento de la procesión festiva hasta las inmediaciones de la plaza multiusos no deja de ser una inercia carente de sentido que hay que reprogramar, resetear o reformular para evitar la paulatina desvinculación que se observa entre público y acto festivo.

Pese a la tétrica frase pronunciada por Manuel Fraga cuando era ministro de Gobernación -¡la calle es mía!-, en Vitoria la calle es el centro neurálgico de la fiesta porque la calle aquí es de todos. Por este motivo, hacer la calle, deambular, callejear, perderse sin rumbo durante las fiestas resulta una experiencia envidiable.

En Vitoria los blusas son el eje sobre el que pivotan las fiestas; o nuestro hecho diferencial. Y como tal hay que tratarlos y cuidarlos. No creo que sea necesario seguir sometiéndolos a este peregrinaje sin sentido hasta la plaza del Renacimiento, donde lejos de renacer se agostan y languidecen.

Hay que reconocer que seguimos sin darle una épica a este acto festivo que ha pasado de ser un paseo a acabar convirtiéndose en un garbeo. Hace falta reinventarse. Y qué mejor que aprovechar la efeméride del 65 aniversario del primer despegue de Celedón, nuestro blusa por excelencia. No estaría de más regalarle otros 65 años de futuro al aldeano de Zalduendo transfundiendo en sus venas un paseíllo que recobre su coherencia perdida y deje de circular de ninguna parte a ningún lugar.

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Fiestas Vitoria 2022 | La Blanca: Kalejira de los blusas