Foto: Rafa Gutiérrez | Vídeo: Jon Ander Goitia
Kirolean Errespetuz

El respeto hace piña

Sin rivales. Los entrenadores de la sección de balonmano de Corazonistas trabajan desde hace una década en promover el compañerismo y expulsar los mensajes violentos

Lunes, 28 de octubre 2024

Aquí no esperen que el árbitro tenga que detener el partido para aplicar el protocolo al detectar actitudes violentas. Tampoco que si un rival se lesiona, el oponente saque provecho para anotar un tanto. En definitiva: que se produzcan acciones antideportivas. Porque el esfuerzo, tanto dentro como fuera del campo, también va enfocado a conseguir el triunfo del respeto hacia los compañeros y oponentes. Una victoria que semana tras semana celebran en el Club Deportivo Corazonistas de Vitoria. Y una manera de ver el deporte que encaja a la perfección con la campaña Kirolean Errespetuz que impulsa EL CORREO con el patrocinio de la Diputación de Álava.

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Kirolean Errespetuz es una iniciativa que promueve EL CORREO con el patrocinio de la Diputación Foral de Álava cuyo objetivo es mentalizar a todos los actores del deporte alavés sobre la necesidad de poner en primera línea de foco el respeto entre deportistas, árbitros, entrenadores, público y padres. https://www.elcorreo.com/kirolean-errespetuz

Hace una década que la sección de balonmano de este club plantó esta semilla. El objetivo era reforzar el trabajo realizado hasta la fecha. Y se decidió que los agentes para lograrlo fuesen los 25 entrenadores que conforman la estructura de 18 equipos. Desde benjamines, hasta los más adultos en senior. Al fin y al cabo, son los tentáculos de las familias en las canchas para educar a los chavales. «Ellos son la clave para conseguir el cambio. Deben inculcar a los jugadores la visión del respeto y la felicidad. Desterrar los mensajes violentos y la ansiedad, porque esto se trata de pasarlo bien. Y hacer que no vean al rival como un enemigo, sino como un aliado para poder jugar. Esa es la base de todo», describe Diego Martínez de Antoñana, coordinador de la sección de balonmano.

Ese lado humano volvió a quedar de manifiesto este fin de semana. Cuatro partidos de benjamines en los que reinó la armonía entre los grandes protagonistas y las familias. Difícil explicar la felicidad que dibujaban las caras de los niños y las niñas cuando saltaron a la cancha con sus equipaciones, esa piel que les hace sentirse superhéroes. Son los encargados de completar en equipo esta misión que se les encomienda. Varios ejemplos. Un niño se cae al suelo y el rival le ayuda a levantarse. Los padres disfrutan de los partidos –el pabellón se divide en cuatro– unidos, incluso entremezclados. Y al final de los encuentros, los jugadores se saludan y se dan la mano.

«El deporte en las edades tempranas forma parte del proceso de aprendizaje y formación de las personas, un instrumento extraordinario para formar en valores», destaca Ramiro González, diputado de Álava, quien asistió a esta jornada que terminó con una gran foto de familia. Entre todos, formaron las palabras 'Kirolean Errespetuz'. Era el reflejo de esa atmósfera que habían construido. «Lo ideal es eso, crear esa comunidad de convivencia. Porque en el deporte escolar la formación debe estar por encima de la competición» abundó Martínez de Antoñana.

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Crear referentes

Y en ese objetivo, resulta importante la creación de referentes. Porque alimentar esa ilusión por querer emularles permite en cierta manera fomentar esos valores entrenamiento a entrenamiento y partido a partido. Un legado que se cede como ese atleta que pasa el testigo para avanzar hasta la meta. «El equipo senior está en Segunda nacional. Para ellos, ver a los mayores es como un espejo en el que se quieren mirar. Y ellos también trabajan para alumbrar su camino formativo».

De esto saben bien las hermanas Eli y Patri Pinedo. Estrellas en el mundo del balonmano, ahora son también esa brújula para el resto de futuros talentos. «Las familias también jugamos. Hay que conseguir trasladar el respeto del deporte a la vida; sobre compañeros, rivales y todos», remarcaron desde las gradas, mientras veían a sus hijos.

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Porque el terreno de juego no se limita a las demarcaciones, también se extiende hasta los aficionados. Son un jugador clave en este partido. Y entre ellos se retroalimentan. «Si consigues un ambiente amigable, la atmósfera será magnífica. Si es tensa, las gradas también», describe el coordinador. Porque «si un niño o niña ve respeto en su familia y lo observa también en el ambiente del campo y la afición, tenderá a emular esa forma de actuar», destaca Ramiro.

De ahí que muchas familias no entiendan la crispación que se genera en algunos partidos y en ciertos deportes en particular. «La mayor victoria es ver cómo nuestros pequeños disfrutan y que las gradas se conviertan en una fiesta por el espectáculo», confiesa Amaia Vargas, madre de un niño de 8 años. «Mira, al final lo que te llevas es eso, los amigos que has hecho. Mi cuadrilla de hoy en día está conformada por los compañeros que tuve en balonmano», explica Alberto González Menezo. «Me gusta cuando de vuelta a casa hablo con mi hijo sobre cómo ha visto el partido. Y que me cuenten cómo ha disfrutado y ayudarle en ese crecimiento personal», celebra Joaquín Sáenz Viana.

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Un premio para resaltar el compañerismo

La huella de la campaña Kirolean Errespetuz, impulsada por EL CORREO, con el patrocinio de la Diputación de Álava, no se limita únicamente a los campos o las canchas en las que se celebran los partidos. El objetivo es que su impacto llegue al resto de la sociedad y que se impregne en el día a día. Y el pasado fin de semana se dio un paso más en esa dirección.

A la conclusión de los encuentros se regalaron entre todos los asistentes bolsas que llevan grabado el lema de esta campaña. Nadie se quedó sin la suya. Un artículo que los más pequeños recibieron como si de un trofeo se tratase. Y en el fondo lo es, porque se trata de un reconocimiento a la buena actitud y respeto que habían mostrado durante el encuentro. Pero hay más.

Porque en la forma, las mochilas se utilizarán para guardar las zapatillas o la equipación del equipo. Aunque también cabe la posibilidad de emplearlas para alguna excursión al monte o la playa. Y cada vez que la utilicen recordarán la necesidad de respetar al resto.

Pero en esencia, su uso trasciende lo meramente útil. Cada vez que salgan con ella a la calle estarán desplegando el objetivo de la campaña Kirolean Errespetuz. Permitirán que el mensaje cale en la sociedad y entre todos se cree un ambiente sano en el deporte.

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