El restaurante efímero de pescado a la brasa a menos de una hora de Bilbao que no te puedes perder

El Asador Casa Emilia, ubicado junto a la plaza de toros de Santoña y a unos pasos del Puerto Deportivo, es un lugar magnífico para ir a comer con los amigos o con la familia un día de verano. Es un merendero efímero –abrieron sus puertas el pasado 20 de junio y las cerrarán el próximo 8 de septiembre–, muy popular entre sus clientes. Tiene capacidad para más de 300 comensales en pleno rendimiento y su especialidad son los pescados salvajes a la brasa, principalmente las sardinas y el bonito.

El Asador Casa Emilia fue fundado en 1965 por Emilia Fuentes Ruiz (fallecida en 2017), conocida en Santoña, localidad donde nació, como 'La Chila'. Fue una mujer emprendedora, de mucha iniciativa y carácter, que ha dejado una honda huella en la localidad cántabra. En 1989, ese es otro de sus legados al municipio que le vio nacer, creó junto a sus hijos la fábrica de Conservas Emilia, donde ofrecen productos como anchoas en salazón, boquerones, bonito, relanzones (pez aguja con aceite de oliva), pimientos rellenos o patés.

El Asador lo gestionan Nicolás Escobedo, uno de los hijos de Emilia –que desde muy joven se dedica a la hostelería– y su mujer, Maite Pérez Bolo –hermana de Jon Pérez Bolo, exjugador del Athletic–. Aquí se puede comer de manera informal y a un precio muy equilibrado. Para comenzar, encontramos pudín de cabracho, elaborado en la conservera. Este plato, que hace unas décadas se servía en casi todos los restaurantes y que ahora parece proscrito de las cartas, va acompañado con mahonesa y salsa rosa. También ofrecen ensalada de bonito Emilia, de la propia conservera, dispuesto en filetes con espárragos, aceitunas, cebolleta, tomate y huevo cocido, un estupendo pulpo a la brasa y chipirones a la brasa, que se presentan con los tentáculos y el cuerpo del cefalópodo separados que salen de la parrilla perfectos de punto, con una carne tierna y jugosa.

Las estrellas de la fiesta son las sardinas, suculentas, con el tamaño justo y preparadas a la brasa. Otro de los platos más solicitados es el bonito y la ventresca de bonito, cómo no, a la brasa. Además cuentan con pescados salvajes, especialmente lubina, rape de tripa negra y rodaballo.

Los carnívoros tienen la opción de disfrutar con el solomillo, la chuleta de ternera con patatas y pimientos rojos asados como guarnición o las chuletillas de cordero que acompañan con patatas fritas y pimientos verdes. Si aún tienen hueco para el postre, no duden el pedir la tarta de queso fría cubierta por una ligera mermelada o la tarta de hojaldre que traen de Torrelavega. Su carta de vinos es corta pero adecuada para regar el condumio con un txakoli, albariño, Rueda o Rioja clásico.

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