El restaurante de culto japonés que desata pasiones en Getxo

El Nikkou restaurante Sushi Bar, ubicado en la Plaza San Nicolás de Algorta, despierta pasiones, tanto por su comida japonesa como por sus cócteles elaborados. Inaugurado en 2014 con apenas seis mesas pasó a contar a finales de 2017 con un comedor espacioso para 40 comensales y una terraza con una docena de mesas. El capitán de la nave es Tomás Pizarro Gardiazabal, cocinero apasionado, nacido en Chile y criado en Brasil, donde aprendió a amar la cocina desde muy joven.

Con apenas 14 años Tomás ya colaboraba en fogones de algunos restaurantes de Isla Florianópolis, capital del estado de Santa Catarina. Ha ejercido, en países como Brasil, Chile y Portugal antes de instalarse definitivamente en Getxo, donde ha convertido el Nikkou en un restaurante de culto; dispone de cámaras frigoríficas para ultracongelar los pescados a 60 grados y que conserven todas su propiedades.

Entre los platos básicos de cocina japonesa se puede comenzar con cualquiera de los sushis calientes y tempurizados que dispone en la carta, con manzana verde, mango o fresa; sashimi de atún de lomo alto y bajo o de salmón; nigiri de pulpo, gamba o lubina braseada; gunkan de tobiko o centollo; o uramakis. En el Nikkou se puede disfrutar con platos como las gyozas –están especialmente sabrosas las de buey a la parrilla– o los gambones en tempura crujiente con salsas del chef, ideales para tomar con un vermú preparado, de hecho han ganado varios campeonatos de cócteles celebrados en Bizkaia y que preparan el maestro Andrea Salvini o David Gómez.

Para continuar ofrecen flor de alcachofa, macerada en aceite de oliva virgen, cocida a baja temperatura con vapor y terminada con un golpe de plancha, con cristal de sal y que está soberbia. También tosta de pan (de masa madre con un ligero crujiente) con tartar de atún acompañado con láminas de trufa, que se mezcla con yema de huevo, salsa teriyaki y soja. Las ostras Utah Beach Guillardau nº 2, muy carnosas, las ponen crudas o gratinadas con dos quesos y una infusión de hierbas aromáticas y la vieira, braseada sobre una base de arroz con sal Maldon y un toque de queso peruano.

Un plato magnífico es el salmón al horno acompañado con una guarnición de temporada, en este caso con brócoli puesto al dente, cebolla crujiente, salsa de pimiento de piquillo, huevas de pez volador, alga wakame y mahonesa trufada. El solomillo Karage japonés, lo maceran previamente en miso, sake, aceite de sésamo y especias japoneseas y lo presentan laminado, con un toque de tempura, alabardado, y pasado ligeramente por la plancha. Como postre, mochi, que puede ser de chocolate, té verde, yuzu o mango. Y para finalizar, no lo duden, un gin-tonic preparado o un whisky japonés.

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