Héroes de barrio
La osadía de abrir un gastrobar en Txurdinaga tiene recompensa para Mario del Arco y Jorge Hume
guillermo elejabeitia
Lunes, 11 de febrero 2019, 15:43
Llenar un restaurante en la calle de moda es relativamente sencillo, al menos durante las primeras semanas, pero levantar la persiana de un negocio en la periferia requiere esfuerzo, paciencia y agallas. Si encima el garito rompe la inercia de tortillas rellenas y menú de cocido y filete que suele imperar en la hostelería de barrio, colgar el cartel de completo puede considerarse una heroicidad. Mario del Arco y Jorge Hume no tienen pinta de superhéroes. Y sin embargo en apenas unos meses han logrado ganarle un puñado de fieles a su gastrobar en una plaza tan complicada como Txurdinaga. «Los que vienen, repiten –aseguran– lo difícil es conseguir que lleguen hasta aquí». Y eso que El Refugio está a tiro de piedra de la boca de metro de Santutxu.
El Refugio (Bilbao)
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Dirección Arbidea, 24.
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Teléfono 944979923.
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Web elrefugiobar.com.
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Precios Menu del dia: 12 €. Plato del día: 8,5 €. Menú chuletón: 30 €.
Los dos son colegas de toda la vida. Mario, cocinero por vocación, ha trabajado en fogones de relumbrón como los de Goizeko Kabi, el barcelonés Abac, Porrue o Kimtxu, antes de lograr establecerse por su cuenta. Jorge, por su parte, está curtido en barras y comedores de toda condición, y eso se nota en la eficacia y mano izquierda con la que atiende a la clientela, sin perder nunca la sonrisa.
Materia prima y oficio
Hace unos meses se les puso a tiro un local luminoso, acogedor y decorado con cierta gracia, en una zona de mucho paso pero escasa parada como la rotonda de Txurdinaga. No se arredraron. Sabían que tocaba ganarse a cada cliente que entra por la puerta y en este tiempo han conseguido no solo tener contentos a los vecinos, sino hacer que un puñado de cuadrillas suban hasta Txurdinaga para comer en su casa. Su estilo de cocina podría pasar desapercibido en primera línea de Ledesma o Pozas, pero aquí resulta un soplo de aire fresco. ¿Cocina informal, de tendencia y con toques orientales? Si, está muy visto, pero es la selección de materias primas, el oficio que demuestra Del Arco en las elaboraciones y la honestidad que desprende el negocio lo que marca la diferencia.
El tartar de atún rojo sobre tortilla de camarones encurtidos y mojo de yogur revela al primer bocado las credenciales del chef. Hábil elección de ingredientes, juego de texturas y equilibrio en el sabor. Le sigue un ramen con pollo crujiente, sal negra y huevito de codorniz que nos hace olvidar una buena sopa de cocido, consiguiendo el mismo efecto reconfortante. Ojo a la temperatura. El lomo de bacalao confitado con hongos y guisantes de temporada vuelve a mostrar un buen manejo de los puntos, pero queda algo encubierto por la intensidad de la salsa. El muslo de pato asado con ensaladilla de puerro y zanahoria, envuelto en una tortilla de maíz, es un principal desenfadado, rico y goloso.
La casa ofrece la posibilidad de cambiar el postre por medio gin-tonic, pero no dejen de probar la torrija. Se presenta con crema inglesa, frutas del bosque y crujiente de chocolate, pero no le hacen falta aderezos. Merece por si sola subir la cuesta de Santutxu.