Jantour | Nutrición

Así nos perjudica la salud el abundante plástico que comemos con el pescado

Nuevos estudios revelan la presencia de microplásticos en productos de mar que forman parte de nuestra dieta

Martes, 3 de mayo 2022, 00:31

Si tiene usted 50 años o más seguramente recuerde una guarrada de canción con la que nos reímos bastante en la década de los ochenta. Se titulaba 'Mi agüita amarilla' y con ella el provocador de Pablo Carbonell y sus Toreros Muertos nos invitaban a reflexionar sobre la basura que, sin darnos cuenta, nos metemos entre pecho y espalda. Entonces parecía una gracieta, una muestra del descaro juvenil de la época. Pero ahora sabemos que no andaba tan desencaminado el gaditano.

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Un estudio realizado en Australia y publicado hace sólo unos días, advierte –y no es el primero que lo hace– sobre la creciente presencia de microplásticos en la alimentación humana. El impacto de algo así sobre la salud todavía se ignora –no está medido–, pero no hace falta ser doctor en Anatomía Patológica para prever que, seguramente, no será nada bueno.

Los plásticos están presentes en los peces, en los mariscos y también en la carne, en el aire que respiramos... Y no sólo en Australia. ¿Sabe en qué zona del Cantábrico arrinconan las corrientes marinas toda la basura que arrojamos al mar? ¡Justo, en el Golfo de Bizkaia! En un mar que también está infestado de microplásticos, según puso de manifiesto una investigación del grupo 'Materiales+Tecnologías' (GMT) de la Escuela de Ingeniería de Gipuzkoa.

Un hombre recoge basura para reciclarla en un río contaminado de la ciudad de Quezon al este de Manila (Filipinas). DENNIS M. SABANGAN

La explosión del consumo de plástico comenzó en los años 50 y desde entonces no ha dejado de crecer. «Hablamos de un producto que se elabora con 40.000 materiales diferentes y que sabemos que está en nuestra dieta.Sus efectos sobre la salud no se conocen del todo bien porque nos falta evidencia científica. Comenzaron a estudiarse hace muy poco tiempo, en 2015. Tenemos en la cabeza esas imágenes con cantidades ingentes de plástico flotando en el mar, que forman un auténtico continente. Pero el problema no se queda en la superficie, es muchísimo mayor. En función de su peso y densidad, unos se mueven con las corrientes marinas y otros quedan depositados en el fondo del mar».

La explicación corresponde a Enrique García Gómez, especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo de la red IMQ, que investiga el impacto en la salud del daño al medio ambiente. La cantidad de bolsas de plástico que consumimos es, según cuenta, brutal. Pensemos en que vamos a la frutería y nos llevamos cada tipo de fruta en una bolsa de plástico diferente y todas ellas dentro de otra más grande. El problema no se limita solo a ese material, que en su mayor parte no se recicla. Mares y campos reciben infinidad de microplásticos procedentes del lavado de ropa sintética, la abrasión de los neumáticos en la carretera, la degradación de botellas de plástico, las artes de pesca...

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Los perjuicios

Ensayos de laboratorio han evidenciado el empeoramiento de la función hepática y el sistema reproductivo de peces y ostras que ingerían microplásticos, restos de un tamaño que solo puede verse al microscopio. En los humanos se sospecha que una dieta con género contaminado podría perjudicarnos en tres niveles.

1. Inflamación de tejidos provocada por la acumulación de material tóxico.

2. Afección a órganos. Los microplásticos se procesan por el intestino y se expulsan con las heces. Pero se sabe que en el mar hay ya porciones de material muchísimo más pequeñas, nanoplásticos, que podrían atravesar la barrera intestinal. Igual que los virus. En teoría, podrían depositarse en cualquier órgano.

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3. Transporte de otras sustancias. Esas pequeñas moléculas tienen afinidad por metales pesados, insecticidas, compuestos orgánicos... Podrían no llegar solas.

Y hay, además, un problema añadido. del que se habla y escribe muy poco. La contaminación de los mares amenaza con acabar por envenenamiento con las especies que nos alimentan. Nos vamos a quedar sin comida. Consumamos menos plástico.

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