El mejor reconstituyente para después de las fiestas
Un experto en endocrinología y nutrición elabora para Jantour un plan de dieta y ejercicio para superar el envite de las navidades; comienza por fijarse un objetivo real
Las navidades resultan menos amenazantes si se sabe cómo afrontarlas. ¡Pues claro que hablamos desde el punto de vista de la salud alimentaria! ¡De qué ... si no! ¿No es éste un espacio para la nutrición? ¡Pues eso! Muchísima gente pasa todos los años por estas fechas por el mismo trance. Toca afrontar el desafío de las navidades, de sus compromisos sociales y sus comilonas interminables. Cada persona, en función de su perfil metabólico –y de lo que se coma, claro– ganará estos días entre 500 gramos y cuatro kilos de peso. Jantour ha pedido a un endocrinólogo experto en nutrición que elabore un plan reconstituyente, una dieta que permita superar el envite gastronómico de las navidades.
¡Trae buenas noticias! No es tan difícil hacerlo y permite disfrutar de la mesa como debe hacerse en estas fechas. Sin privarse y en compañía de las personas que se aman. El objetivo de este plan, según nos explica el experto, Alberto Olaizola, de la red de salud de IMQ, es recuperar el tono en cuatro días. Es posible. Solo requiere dos condiciones. Una, que se entregue uno al disfrute de las navidades. Lo importante, estos días más que nunca, es sentirse bien junto a los tuyos. La segunda, fijarse el objetivo de no ganar estos días más de dos kilos. «No es tan difícil, piense que en realidad se trata sólo de cinco comidas o cenas en el plazo de tres semanas», tranquiliza el especialista.
En sólo cuatro días
El desafío alimentario que plantean las fiestas de fin de año es, según detalla el especialista, que se come mucha grasa y demasiada sal. Además aumenta el consumo de alcohol –hablaremos de ello la próxima semana– y se ingieren importantes cantidades de azúcares simples, sacarosa y fructosa. ¡Aay, los dulces...! El impacto sobre el organismo de toda esa carga puede mitigarse con un pequeño plan de cuatro días, pensado para los dos siguientes a cada fin de semana festivo. Habría que ponerlo en práctica los días 26 y 27 de diciembre y el 2 y 3 de enero, lunes y martes en ambos casos.
La idea consiste en que cada una de esas fechas se haga una misma dieta desintoxicante más dos horas de ejercicio. El desayuno de esos cuatro días debe incluir un café o té acompañado de un yogur, un lácteo que ha de ser entero, no desnatado ni semidesnatado. Si es usted intolerante a la lactosa, no se preocupe; vale con un yogur de soja. A ese yogur, le añadiríamos unos frutos rojos y un kiwi.
Después del desayuno hay que cubrir dos horas de caminata. No se trata de ir de paseo, ni de dejarse la lengua fuera, pero sí que se realice a un ritmo en el que cueste mantener una conversación. Si no está usted habituado a caminar, basta con que sea hora y media. Pero hay que hacerlo.
Y si tiene que trabajar...
La comida también será ligera. A un primer plato de espárragos o puerros con salsa vinagreta le añadiremos una tortilla francesa de dos huevos y 50 gramos de embutido de pechuga de pavo (fíjese que contenga alto contenido de pechuga de pavo...). Reserve el postre para las seis de la tarde, cuando nos comeremos el segundo yogur del día, con cuatro nueces.
Llegada esa hora, ayunaremos hasta el desayuno del día siguiente. En ese tiempo sólo puede beberse agua para mantenerse hidratado. Si uno tiene que trabajar esos días, tampoco hay problema. Reserve el ejercicio para la tarde y comience su ayuno a las ocho de la noche.
El plan propuesto, diseñado para satisfacer los gustos de la mayoría de la gente, tiene varias ventajas: no choca con ninguna intolerancia alimentaria y es diurético, algo muy importante porque estos días nos atiborraremos a productos con sal y también a alcohol, dos productos que favorecen la retención de agua. Los yogures nos aportan calcio y vitamina D y los frutos rojos, antioxidantes. No se puede pedir más.
Disfrute usted de las fiestas. Zorionak!
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