Borrar

¡Ni hablar de saltamontes!

Una encuesta revela que sólo uno de cada cuatro consumidores europeos está dispuesto a incluir insectos en su dieta

Jueves, 24 de diciembre 2020, 00:23

Comenta

Lo acepto. El día de Nochebuena quizás no sea el más apropiado para hablar de suculentos y nutritivos insectos, pero en el Periodismo la actualidad manda. Un informe de 'Future Protein', una iniciativa europea en la que participa el centro vasco de investigación alimentaria AZTI, asegura que «sólo uno de cada cuatro consumidores españoles» estaría dispuesto a reducir su consumo de carne roja, para sustituirlo por saltamontes y grillos. A los autores del estudio les parece que son muy pocos, porque la falta de alimento, en un mundo donde la población crece de manera desproporcionada, está llamado a ser un problema de primera magnitud en menos de tres décadas. Es decir, mañana.

A mí, en cambio, que sólo soy un periodista, que una de cada cuatro personas acepte ya por comida los bichos, cuando es algo que, de momento, es poco más que una propuesta y una oferta para sibaritas en restaurantes muy concretos, me parece un montón de gente. Una respuesta popular de éxito. Pero los expertos, que por algo lo son, lo ven con otros ojos.

Necesidad urgente

«Existe una necesidad urgente de generar nuevas fuentes sostenibles de proteína con una alta calidad nutricional y seguras», advierte Carlos Bald, experto en nuevos alimentos de AZTI y coordinador de este proyecto. El asunto –según detalla– es que, en realidad, las personas que estarían dispuestas a incluir cucarachas, gusanos y escorpiones en su dieta es aún mucho menor. El trabajo del que se desprenden todos estos datos es una encuesta a 1.500 ciudadanos de Dinamarca, Alemania y España, que revela que, de momento, «solamente un 2% de los encuestados son veganos, con una dieta estrictamente basada en vegetales» –aunque complementada con vitamina b12 , de origen animal– y un 3% se declaran vegetarianos. Es decir, que su dieta se fundamenta en el consumo de vegetales, pero también incluyen en ella huevos, lácteos o pescado.

Ni unos ni otros, ni el resto de los mortales consideran, de momento, que insectos y microalgas sean unas fuentes ricas de proteína, aunque de las segundas se tiene una mejor opinión general. Parece que las algas, que ya se está más acostumbrado a degustarlas, posiblemente por el impacto en Occidente de los restaurantes orientales, sí son percibidas como una fuente de alimento más sostenible y que la población estaría más dispuesta a incluirla en su rutina alimentaria.

Los resultados de este trabajo servirán para conocer las preferencias de los europeos y trabajar estrategias que permitan introducir en nuestra dieta, poco a poco, cada vez más insectos. Hormigas, abejas, mariposas... ¡moscas y mosquitos! Ahora le extraña, quizás hasta le eche para atrás, pero es un futuro cercano. Conciéncese, es mejor ir haciéndose una idea.

Un mundo desconocido

Hay una realidad incontestable. Para alimentar a los casi 10.000 millones de humanos que habitaremos el planeta en 2050 se necesitará incrementar la producción alimentaria anual en un ¡70%! respecto a los niveles actuales. A esa cifra se suma el impacto ambiental que genera el consumo de carne de granja.

No se eche las manos a la cabeza. Hay todo un mundo de investigación en laboratorios que desconocemos. Del que vivimos absolutamente al margen. «Existen fuentes de alimento alternativas, que se están estudiando, como carne cultivada, procedente de la multiplicación de células de músculo animal», cuenta Carlos Bald.

Mientras debatimos sobre menús a base de grillos y mosquitos, nos espera el cordero pascual... o el rollo navideño de verduras, lo que sea. No se trata de frivolizar, sino de tomar conciencia de donde estamos. ¡Buen provecho y felices fiestas!

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo ¡Ni hablar de saltamontes!

¡Ni hablar de saltamontes!