Perejil, para mejorar la piel y la vista

Llevarse un manojo de perejil gratis al comprar el pescado, la fruta o la verdura en los mercados es todo un clásico que forma parte de la cultura mediterránea. Como es fácil de cultivar y se da en casi cualquier terreno, apenas cuesta nada. Valer, sin embargo, vale un potosí. Si la semana pasada hablábamos de su primo lejano, el cilantro, hoy nos centramos en una herbácea que sí tenemos mucho más asimilada a nuestra tradición gastronómica

Por ejemplo, vale para la vista. Y para el cuidado de la piel y el fortalecimiento de los huesos, gracias a la vitamina A que le aporta al organismo. También es rico en vitamina C, lo que reviste al perejil con un halo contestatario: antiinflamatorio, antioxidante y anticoagulante. Ojo aquí a las personas con propensión a las hemorragias. Y cuidado, también, quienes tengan propensión a las piedras en el riñón: es rico en los oxalatos cálcicos que contribuyen a provocarlas. Pero como tampoco se abusa de él al cocinar, no conviene obsesionarse.

El perejil aporta muy pocas calorías, apenas grasas y ningún colesterol, además de ser rico en potasio. Y hay que recordar que hay dos tipos básicos de perejil: uno con las hojas rizadas, el menos aromático y que debemos usar para la decoración de los platos; y el que tiene las hojas más lisas. Es más verde y éste sí resulta más sabroso, idóneo para cocinar como un Arguiñano. Y es que el perejil es ingrediente imprescindible en la salsa verde y forma parte esencial de un plato mediterráneo tan sano y sabroso como el tabule de la gastronomía árabe, donde esta hierba lo es todo.

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