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Escalivada, la verdura pasa por la brasa

Tomates, pimientos, berenjenas, cebollas, ajos, patatas… y hasta alcachofas, endivias o espárragos pueden ser escalivados

Jesús Lens

Jueves, 25 de septiembre 2025, 20:01

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Es el nombre de un plato que alude directamente a la técnica con que se prepara. La popular escalivada se hace con verduras pasadas por el fuego o la brasa, dejadas reposar y aliñadas con aceite de oliva y sal antes de decorar. Escalivar es, por tanto, asar las verduras. Aunque nos salgamos de lo estrictamente culinario, recordemos que 'escalivar' tiene otro sentido: escarbar entre los rescoldos para avivar la llama o, en sentido figurado, echar la leña al fuego para darle aire a una bronca o discusión.

Hablamos de uno de los platos esenciales de la gastronomía catalana, sano, natural y que se toma a temperatura ambiente, por lo que resulta refrescante a pesar de que las verduras hayan pasado por el fuego purificador. Y es que no solo de sardinas, espetos, pinchitos y carne a la barbacoa viven las brasas.

Las verduras más habituales de una buena escalivada son las solanáceas, cuya mera enunciación ya da calor de por sí. ¿O será que nos animan a solazarnos? ¡También, también! Tomates, berenjenas, pimientos y hasta las patatas son la base de un plato que, a partir de ahí, admite tantas variantes como el gusto de los comensales. Es habitual añadir cebollas y ajos y también valen espárragos, endivias o alcachofas.

Limpiar después de asar

La clave para conseguir la escalivada perfecta está en el proceso de asado de las verduras. Hay quienes prefieren pasarlas por la llama del fuego y quienes son más proclives a ponerlas sobre las brasas, lo que llevará más tiempo. Si se usa carbón, el sabor será menos acusado. Si se usa leña, los aromas a ahumado serán más perceptibles. Igualmente importante: la calidad de la materia prima, que debe ser siempre la mejor para que esas verduras no se nos 'arruguen' en su combate con el fuego; y el tamaño, que en este caso sí importa: el 'miniwini' no es en absoluto recomendable.

Una vez asadas las verduras, siempre sin pelar –ojo con los pimientos, que echan mucha agua al entrar en contacto con el fuego y lo pueden apagar– hay que dejarlas reposar como mínimo una hora. Eso hará que los sabores sean más intensos. Se pueden envolver en papel de horno o incluso en hojas de periódico, lo que le daría sentido y utilidad a ésta misma página, si está usted leyendo en papel. Para pelarlas no deben pasarse previamente por agua, que hay que preservar el sabor. Y entonces y solo entonces se añadirán el mejor AOVE y la sal al gusto.

Servirlas con arte

Con la escalivada, si el cocinero tiene alma de artista –más allá de su arte en los fogones– puede montar un plato de lo más barroco, jugando con los colores. Lo normal es poner el rojo del tomate con el rojo del pimiento; el verde de los otros pimientos con los espárragos o las alcachofas, en su caso; y el más pardo de la berenjena con el neutro de la cebolla. Además, se puede decorar al estilo del salmorejo: huevo duro, conservas como el atún o aceitunas. Las negras resaltarán más que las verdes.

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