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David de Jorge fue uno de los asistentes al acto de presentación.

Un gin-tonic con label vasco

GIN MG hace un guiño a los consumidores de Euskadi con una ginebra que incluye textos en euskera

elena sierra

Sábado, 2 de noviembre 2019

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Sigue siendo una ginebra cien por cien catalana y sigue presumiendo de ser una de las primeras que se comenzaron a elaborar en España, allá por 1940 nada menos, pero la semana pasada Gin MG se puso de tiros largos para presentarse como un destilado muy vasco, muy de los bares de Euskadi, con una etiqueta especial para su público de aquí. La Edición Limitada (Edizio Berezia) que homenajea al gusto que los vascos y las vascas tienen por los gin-tonics de toda la vida –con poca cosa más allá de una buena ginebra y una buena tónica, es decir, una rodajita de limón y listo– se mete tanto en el papel que, para realizar su particular oda al buen comer y el buen beber en los bares del entorno, luce ikurriña en su etiqueta y además lleva impresos algunos refranes originarios de la cultura euskaldun y algunas traducciones de la castellana. Ahí puede leerse por ejemplo «Gaur egin dezakezuna biharko ez utzi» (no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy), «Pekatu arina norberak egina» (el pecado propio es venal) y «On egin deizuela janak eta kalterik ez edanak» (que te aproveche la comida y que la bebida no te siente mal).

Un camarero elabora combinados durante el festejo.

Hace un par de años que la destilería catalana decidió volver a la receta original, la que nació en 1940 de la mano de Manuel Giró en 1940; lo más destacable es que en origen tenía 40º y no los 37,5º de los últimos tiempos. Elaborada artesanalmente a partir de productos 100% naturales, con el enebro como ingrediente predominante, lo que no cambia es que la MG sigue cumpliendo con el proceso de producción London Dry Gin, destilada de manera manual en alambiques de cobre.

Para degustar esta edición especial vasca había que ponerse a tono con el ambiente y así se montó un evento en el espacio SILO, en Olabeaga, al que acudieron el jueves de la semana pasada unas 300 personas entre celebridades, influencers y caras conocidas varias como el chef David de Jorge-Robin Food, el montañero Juanito Oiarzabal y la diseñadora Mercedes Gallego. Todos llegaron con ganas de beber gin-tonics y de maridarlos con un catering de The Cooking Clubster comandado por Adrián Leonelli, profesor del Basque Culinary Center; mientras se iban sirviendo las copas, primero en vaso pequeño y acompañadas por un bocado tan de Bilbao como las gildas desde el minuto uno, se escuchaba la música de la banda SMILE y las DJs KRII.

Una mesa de buen gusto

En la carta de platillos estaban previstas una decena de propuestas: calabaza del país en texturas y pipas garrapiñadas, cogollo asado con hummus y ventresca de bonito, croquetas de setas con alioli de aguacate, empanadillas de verduras con piperrada, mejillones con pilpil cremoso y aroma de enebro, brocheta de pollo asado con verduras y salsa bizkaina, arroz de hongos y espárragos trufados, huevos con patatas y jamón, brandada de bacalao con pimentón y aceitunas negras y mollete de carrilleras, emulsión picante y encurtidos.

Para entonces ya se había pasado de los vasitos pequeños a los grandes, más de aquí, y es probable que –aunque a Gin MG no se le olvida hacer la sabia recomendación de que hay que beber con moderación– a más de uno se le olvidaran los pintxos y le diera lo mismo qué ingredientes llevaban.

Y en realidad de eso se trataba, de dar la bienvenida con alegría a la Edizio Berezia de una destilería con mucha historia –MG Destilerías se fundó en Vilanova i la Geltrú en 1835– que hace guiños a sus consumidores para no quedarse en el pasado.

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