¿Qué sucederá a partir de ahora?

Tras el 'ok' de Londres, la última palabra la tendrá el Parlamento Europeo. Su Comité de Asuntos Constitucionales ya ha estudiado el dossier documental del pacto. El pleno se podría convocar casi inmediatamente. David Sassoli, su presidente, confirmó ayer que «estamos preparados para votar en enero». Y advirtió de que «estaremos vigilantes en la aplicación de los acuerdos, especialmente sobre los derechos de los ciudadanos».

Con la salida británica el hemiciclo se reducirá a 705 eurodiputados. Reino Unido deja 73 escaños. De ellos 46 se reservarán para parlamentarios de países que se incorporen a la Unión Europea en el futuro (la esperada ampliación hacia los Balcanes). El resto se repartirá entre los socios actuales. España tendrá 5 más (de 54 a 59).

El divorcio será efectivo el 1 de febrero. Pero el Acuerdo de Retirada establece un periodo de transición en el que los británicos tendrán que seguir cumpliendo con todas sus obligaciones sin estar en los órganos de decisión. Ese 'tiempo extra' vence el 31 de diciembre de 2020. Y se fija para que durante esos meses se formule el ambicioso pacto sobre la relación futura con Reino Unido. Es ampliable. Johnson no quiere y Bruselas lo considera casi inevitable. Roces a la vista.

Reino Unido debería notificar a Bruselas antes del 1 de julio que necesita prorrogar esa 'estancia' con carácter interino en la UE. La petición se estudiaría en el comité de coordinación formado por negociadores británicos y europeos que se va a constituir inmediatamente después de activarse el Brexit. La 'extensión' puede ser bien por un año, bien de dos; hasta diciembre de 2022.

El acuerdo sobre la relación futura (comercial, pero también en materias como la seguridad o la defensa) se atragantará seguro. La experiencia de arreglos internacionales similares avala que podría eternizarse. El conocido como CETA con Canadá necesitó siete años de negociaciones y trámites. El suscrito con Japón, un lustro. Aunque Mercosur (con Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) ostenta el récord: dos décadas.

Aunque se cerrase el acuerdo, la UE y especialmente Irlanda vivirán pendientes cada cuatro años de la Asamblea de Irlanda del Norte, el ente legislativo de Ulster que debe renovar si esta provincia británica sigue dentro del Mercado Único para que no vuelva a asomar el fantasma de la frontera física en la isla.