Miércoles, 19 de septiembre 2018, 00:40
En Bamako, la capital de Mali, los carros tirados por jóvenes como Arouna Diabate (fumando un cigarrillo) y su hermano Salif (con camiseta del Real Madrid), tienen un importante papel en la lucha contra los desechos de la ciudad. Cada mañana, antes del amanecer, los Diabate sujetan el carro a su burro y comienzan las rondas de puerta en puerta para recoger la basura doméstica, que entregan en una estación local de residuos por un salario mensual de 35 dólares. Mali es uno de los países más pobres del mundo y las autoridades tratan de proporcionar servicios adecuados para combatir la proliferación de vertederos informales. La población de Bamako se cuadruplicó desde la década de 1970 hasta alcanzar casi 2 millones de habitantes en 2009.
Luc Gnago - REUTERS
En Bamako, la capital de Mali, los carros tirados por jóvenes como Arouna Diabate (fumando un cigarrillo) y su hermano Salif (con camiseta del Real Madrid), tienen un importante papel en la lucha contra los desechos de la ciudad. Cada mañana, antes del amanecer, los Diabate sujetan el carro a su burro y comienzan las rondas de puerta en puerta para recoger la basura doméstica, que entregan en una estación local de residuos por un salario mensual de 35 dólares. Mali es uno de los países más pobres del mundo y las autoridades tratan de proporcionar servicios adecuados para combatir la proliferación de vertederos informales. La población de Bamako se cuadruplicó desde la década de 1970 hasta alcanzar casi 2 millones de habitantes en 2009.
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En Bamako, la capital de Mali, los carros tirados por jóvenes como Arouna Diabate (fumando un cigarrillo) y su hermano Salif (con camiseta del Real Madrid), tienen un importante papel en la lucha contra los desechos de la ciudad. Cada mañana, antes del amanecer, los Diabate sujetan el carro a su burro y comienzan las rondas de puerta en puerta para recoger la basura doméstica, que entregan en una estación local de residuos por un salario mensual de 35 dólares. Mali es uno de los países más pobres del mundo y las autoridades tratan de proporcionar servicios adecuados para combatir la proliferación de vertederos informales. La población de Bamako se cuadruplicó desde la década de 1970 hasta alcanzar casi 2 millones de habitantes en 2009.
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