Irán ejecuta a «uno de los principales espías» de Israel

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La sentencia concluye que Langarneshin actuó en Irán en nombre del Mossad desde enero de 2020, cuando fue reclutado por los israelíes. En su curriculum como «espía» aparecen «importantes acciones, incluido el apoyo a operaciones terroristas y estar presente en la escena del asesinato del mártir Jodaei en Teherán». Su culpabilidad está «demostrada», sostienen las autoridades persas, que habrían registrado varios de sus movimientos antes de su captura. Según la investigación, se reunió con los Servicios Secretos hebreos en, al menos, un par de ocasiones -aunque lo hizo en el extranjero: en Georgia y Nepal- para recibir instrucciones «sobre sus misiones».

Langarneshin contaba con «un sistema de comunicaciones seguras con el Mossad» que le permitió actuar bajo sus órdenes durante dos años sin llamar la atención. En este tiempo, indican las autoridades iraníes, el ejecutado «dio apoyo logístico, técnico y operativo» a un ataque perpetrado contra una instalación del Ministerio de Defensa en la ciudad de Isfahán, en el centro del territorio persa, y sirvió de correo para «entregar dinero» de los Servicios Secretos de Israel «a elementos operativos dentro del país y alquilar pisos francos en varias provincias».

Israel no se ha pronunciado por ahora sobre la ejecución de Langarneshin ni sobre la larga lista de acusaciones contra el Mossad por parte de Irán, que en los últimos meses asegura haber detenido a varios presuntos espías en nómina de la Inteligencia hebrea. Varios de ellos acabaron asimismo ejecutados. Una situación que no ayuda precisamente a aliviar la tensión entre ambos países.