Blair emerge de la mano de la Casa Blanca para el gobierno de una Franja arrasada
El exprimer ministro británico llega con la difícil tarea de buscar puntos de encuentro entre los países árabes e Israel
T. Nieva
Lunes, 29 de septiembre 2025, 22:23
El desarrollo del plan de paz acordado ayer entre Donald Trump y Benjamín Netanyahu impulsa la figura del ex primer ministro británico Tony Blair como ... la de un líder de posguerra para una Gaza devastada. El nuevo Ejecutivo de transición, que gobernará la Franja hasta su asunción por una futura autoridad palestina –en nada similar a la que manda en Cisjordania– sitúa al presidente de EE UU como el principal responsable del organismo, junto a otros jefes de Estado que todavía no han sido precisados y el político británico que dirigió el Reino Unido entre 1997 y 2007 y al Partido Laborista desde 1994 y 2007.
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Blair, de 73 años, ha sido en realidad el 'tapado' en las maniobras de Trump para armar una iniciativa de paz capaz de convencer a los países árabes y que fuese posible de vender a Netanyahu, seguramente con gran esfuerzo. Durante el transcurso de la guerra, el Instituto Tony Blair para el Cambio Global, un laboratorio de ideas sin ánimo de lucro, pergeñó posibles fórmulas de normalización.
El pasado mes de agosto, el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y Jared Kushner –yerno del presidente y asesor durante su primer mandato en asuntos de Oriente Medio– dieron el espaldarazo definitivo al veterano político británico para que concretarse su propuesta de nueva autoridad transitoria para Gaza. La Casa Blanca la ha imbricado finalmente dentro de su iniciativa. Su órgano clave es un comité compuesto por palestinos cualificados y expertos internacionales que se encargarán de diseñar el día a día para que la Franja funcione con la mayor normalidad posible sobre una destrucción generalizada. Habrá una junta compuesta por entre siete y diez personas y otras 25 en una Secretaría General.
El que fue líder del nuevo laborismo trabajó entre 2007 y 2015 en la búsqueda de un acuerdo entre Israel y los palestinos como enviado del Cuarteto, un consorcio que formaban EE UU, la ONU, la Unión Europea y Rusia. Al final, dimitió debido a la imposibilidad de acercar a los dos bandos y rubricar la normalización de Oriente Medio.
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Blair es la baza oculta de Trump, un pragmático que posiblemente pueda poner orden en el desorden que se le avecina. Pero también es un hombre divisivo. Ha hecho buenas relaciones con los países árabes, pero su trato con Israel y el apoyo a la guerra de Irak –aquella foto de las Azores con George W. Bush y José María Aznar– hace que los palestinos desconfíen de él.
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