Asesinan a tiros en Kiev a un jefe del espionaje ucraniano clave en el ataque a los cazas rusos

Los hechos ocurrieron entre las ocho y las nueve de la mañana. Una cámara de vigilancia grabó el recorrido del jefe del denominado Centro de Operaciones Alfa, especializado en misiones encubiertas de máximo nivel, desde la escalinata del portal hasta el otro lado de la calle con una bolsa en la mano. Caminaba solo. Sin escolta. Al pasar a la altura de un patio usado como aparcamiento, el pistolero, agazapado entre varios coches, salió a su encuentro rápidamente. Apuntó y disparó. El vídeo parece recoger el instante en el que el coronel se percata de la amenaza, pero sin tiempo para reaccionar.

Al cierre de esta edición, el Gobierno ucraniano apenas había ofrecido información del asesinato. Un exoficial de Inteligencia, Roman Chervinsky, confirmó que el fallecido se trataba del coronel Voronich. «Con cinco disparos a quemarropa al salir del apartamento, el asesino enemigo hizo su trabajo sucio», dijo Chervinsky. Un antiguo diputado, Ihar Mosiychuk, también confirmó la identidad y acusó del crimen al Kremlin. «Si el motivo es un homicidio doméstico, es una cosa. Pero podría tratarse de una ejecución pública perpetrada por los rusos, lo cual es completamente diferente y requeriría medidas inmediatas por parte del SBU», advirtió, por su parte, Ivan Bakanov, director de la agencia de Inteligencia al comienzo de la guerra y conocido personal de la víctima.

El coronel era una pieza esencial del Servició de Seguridad Interior. Quizás ahí radique el silencio oficial sobre el crimen. Si fuera obra de agentes rivales sería el mayor éxito de Moscú en mucho tiempo en este tipo de operaciones secretas, Los dos países mantienen en pararelo al frente una guerra encubierta en la que Kiev ha demostrado mucha mayor efectividad. Además de atacar intereses militares del enemigo, en diciembre y abril sus agentes asesinaron al responsable de la defensa radiológica y biológica del ejército ruso, así como a un alto mando del Estado Mayor con sendas bombas en pleno Moscú. El Kremlin culpó de este último atentado a un espía ucraniano que fue posteriormente detenido

Una buena parte de los logros del SBU se deben al coronel asesinado. Voronich se incorporó al servicio de Inteligencia en los años 90 y a partir de 2014, cuando Rusia invadió Crimea, se centró en las misiones de desestabilización. Responsable táctico en operaciones especiales y de contraterrorismo, comandó la Quinta Dirección, una unidad paramilitar asistida técnicamente por la CIA para infilitrarse detrás de las líneas separatistas en el Donbás. Todavía la invasión no había comenzado, pero sí la batalla por esta región y una 'guerra fría' entre los dos países. EE UU llegó a tener doce bases desde 2016 instaladas en la divisoria para espiar secretamente el despliegue militar ruso al otro lado de la frontera y suministrar la información a la Dirección de Inteligencia de Ucrania.

A partir de la invasión, algunos medios citaban este jueves que el coronel participó en el desarrollo del departamento que ha dado los mejores triunfos a Kiev durante el último año, como el asalto a Kursk o la compleja destrucción de decenas de cazabombarderos Tu-95 y Tu-22 mediante drones introducidos de contrabando en Rusia. «Era un profesional entregado al SBU», señaló Mosiychuk.

Su historial es el que lleva a los expertos a considerar la hipótesis de un atentado ruso por encima de otros móviles como un ajuste de cuentas o un asesinato por encargo vinculado a la corrupción militar. El presidente, Volodímir Zelenski,fue informado mientras se encontraba en Roma para participar en la cumbre internacional sobre la reconstrución de su devastado país.

El SBU y la Policía «están tomando todas las medidas necesarias para esclarecer las circunstancias del crimen y llevar a los responsables ante la justicia». Las fuerzas de seguridad indicaron que la víctima presentaba «una herida de bala», aunque el agresor disparó en cinco ocasiones.

Pese a su aparente nerviosismo, según puede verse en la grabación, el hecho de que portara un silenciador hace pensar en un asesino profesional que además hubiera hecho un seguimiento previo de su víctima para asegurarse de que no tuviera escolta y que podía ser sorprendido en la calle. Algunos expertos han mostrado su extrañeza por la comisión de un atentado a cara descubierta y a plena luz del día en Kiev, una ciudad militarizada donde el «sicario» podría correr más riesgos de ser sorprendido por una patrulla en su fuga.

El atentado ocurrió después de una nueva madrugada de terror, que desató decenas de incendios y obligó a cortar un buen número de calles. El ejército ruso arrojó 400 drones y 18 misiles que causaron graves daños en ocho de los diez distritos de Kiev y en veinte municipios de la periferia. Al menos un policía y un hombre de 68 años murieron mientras 16 personas resultaron heridas.