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La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha presentado este lunes una denuncia ante el Tribunal Administrativo de Colonia contra la Oficina Federal para la Protección ... de la Constitución (BfV) por clasificar a esta formación política como «definitivamente de extrema derecha» y declararla un peligro para la democracia, anunció Daniel Tapp, portavoz de Alice Weidel, presidenta del polémico partido.
AfD había exigido por escrito ante la institución pública, en la que se integran los servicios de Inteligencia interiores de Alemania, que retirara esa clasificación y presentara una declaración firmada de renuncia a su uso antes de las 8.00 horas de este lunes. De lo contrario registraría una demanda, ya preparada, con carácter de urgencia ante el tribunal competente. La BfV tiene su sede central en Colonia.
Alternativa para Alemania reconoció este lunes que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución nunca respondió a esa demanda, que fue planteada el viernes pasado, cuando la BfV hizo pública su nueva valoración de la formación racista y xenófoba, que ha abierto otra vez el debate sobre su posible prohibición.
El principal partido de oposición parlamentaria en el Bundestag, tras quedar segundo en las elecciones anticipadas que ganaron los conservadores, pretende con su demanda impedir por la vía judicial que la BfV categorice, observe, trate, examine y/o gestione a AfD como un movimiento «definitivamente de extrema derecha».
La carta de advertencia enviada por AfD a la institución pública afirmaba que tanto esa categorización como la divulgación de este hecho se consideraban ilegales. El servicio de Inteligencia nacional había clasificado a AfD como «movimiento de extrema derecha confirmado debido al carácter extremista del partido en su conjunto, que desprecia la dignidad humana». Anteriormente había tratado al partido como caso sospechoso.
Desde entonces la BfV utiliza medios de Inteligencia, como chivatos o agentes infiltrados y la intervención de todas sus comunicaciones, para observar permanentemente las actividades del partido ultraderechista y las declaraciones de sus dirigentes. El umbral para el uso de tales medios se rebaja en el caso de que los afectados pasen en la clasificación de los servicios secretos de sospechosos a confirmados.
No es la primera vez que AfD denuncia a la Oficina Federal para la Protección de la Constitución por sus clasificaciones. También lo hizo cuando dicha institución categorizó como «sospechosa de extremismo de derechas» al polémico partido. Sin embargo, ha fracasado en las dos primeras instancias. Tanto el Tribunal Administrativo de Colonia como el Tribunal Superior Administrativo de Renania del Norte-Westfalia han rechazado denuncias similares presentadas anteriormente.
Alternativa para Alemania ha apelado ya ante la última instancia posible, el Tribunal Federal Administrativo en la ciudad de Leipzig por su clasificación como «sospechosa» de extremismo de derechas. No es de esperar que decida de manera distinta a las instancias inferiores. AfD ha fracasado igualmente con sus denuncias contra los servicios de Inteligencia interiores del país cuando sus agrupaciones en los Estados federados germano orientales de Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt fueron categorizadas como «definitivamente de extrema derecha».
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