Inglaterra pone a prueba el bipartidismo británico

Los ingleses acudieron a las urnas sin arredrarse por las altas temperaturas en el día más caluroso del año. La convocatoria no afectó a Londres, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, pero tiene una importancia fundamental para el Reino Unido como termómetro de su actualidad política. Los resultados completos no se conocerán hasta este viernes.

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En total, un tercio del electorado de la principal nación del Reino Unido fue llamado a votar en un contexto que puede redefinir el mapa político del país, pese a su limitación geográfica y la escasa proyección en las competencias de los cargos en liza. La atención la concentra Nigel Farage, euroescéptico exparlamentario europeo, actual líder y diputado de Reform, partido de corte 'trumpista', populista y antiinmigración.

La formación obtuvo el 14,3% de votos en las generales de 2024, por debajo del 23,7% recogido por los conservadores y el 33,7% del laborismo. El número de escaños cosechados se limitó a cinco -son cuatro desde la reciente expulsión de un diputado- en la matemática del sistema mayoritario británico, que únicamente favorece al candidato con más apoyos.

Reform compitió este jueves por el 99,3% de los puestos y era la formación con más candidatos inscritos en las 23 localidades en liza. Tony Travers, director de investigación en la London School of Economics (LSE), enmarcaba esta amplia cobertura en la estrategia de Farage de «construir una maquinaria local» en todas las regiones y naciones del país, capaz de aportar «soldados de a pie» en las próximas campañas generales.

Reform mantenía la noche de este jueves una ligera ventaja en los sondeos de intención de voto en Runcorn y Helsby, circunscripción inglesa de arraigo laborista. Es la primera elección parcial que se convoca desde el inicio de la legislatura, en julio de 2024. Starmer, cuya popularidad se ha hundido de nuevo, no ha visitado el distrito. La candidata laborista, Karen Shore, defendía una mayoría de casi 15.000 votos, pero el pulso estaba muy reñido y podría terminar con una victoria de Reform.

El electorado ha perdido la confianza en los grandes partidos y se inclina por las pequeñas formaciones en los sondeos de intención de voto, desde liberal-demócratas a los Verdes y, por supuesto, Reform. También ésta ha sido la primera prueba de relevancia para Kemi Badenoch, la nueva líder del Partido Conservador, al que las encuestas tampoco deparaban un buen resultado en los ayuntamientos. Un informe interno conocido durante la jornada alertaba incluso de que los 'tories' podrían perder hasta 700 concejalías y no conseguir ni una sola alcaldía.