Los restos del fuselaje del avión de pasajeros Antonov AN-24 en el lugar donde colisionó a las afueras de la ciudad siberiana de Tynda. AFP

Un avión con 49 personas a bordo se estrella en Rusia sin dejar supervivientes

Las autoridades abren un caso penal para esclarecer el siniestro, cuyas primeras hipótesis apuntan a un fallo humano y a la mala visibilidad para aterrizar

Álex Bustos

Corresponsal. Moscú

Jueves, 24 de julio 2025, 10:51

Un avión de pasajeros An-24 de Angara Airlines se estrelló este jueves en la región de Amur, cerca de la costa del Pacífico ruso. ... Según las informaciones preliminares de los servicios de emergencia, las 49 personas que viajaban a bordo murieron en el acto. La comunicación con el piloto se perdió hacia las 13:00, hora local, cuando se encontraba a pocos kilómetros de la pequeña ciudad de Tynda, donde debía realizar el aterrizaje.

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Antes de su desaparición del radar las autoridades aeroportuarias no detectaron ninguna señal de alerta desde el avión. Los restos del siniestro fueron avistados después por un helicóptero en la ladera de una montaña a 16 kilómetros de Tynda. El terreno de la zona de impacto, rodeado de taiga y pantanos, dificultaba este jueves las tareas del equipo de rescate. Según una fuente anónima de los servicios de emergencia citada por TASS, la aeronave de observación tuvo problemas para aterrizar en la zona. Aun así, observó fuego en los restos del aparato.

Un vídeo grabado desde ese helicóptero mostraba los restos del avión desperdigados en una zona boscosa y se podía ver una columna de humo pálido elevándose del lugar del siniestro. Al no haber carreteras para acceder hasta el lugar del accidente, un equipo de rescate compuesto por más de 100 personas tuvo que usar maquinaria pesada para abrirse paso.

Las principales hipótesis que las autoridades plantean como razones del accidente son las condiciones de mala visibilidad a la hora de aterrizar y posibles errores humanos. Los investigadores de Transporte han abierto un caso penal para ver si se produjo alguna violación de las leyes de seguridad aérea.

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El aparato salió de Jabarovsk, una de las ciudades más importantes de la zona, hizo una parada en Blagoveshchensk antes de intentar llegar a su destino final. El gobernador de la región de Amur, Vasili Orlov, publicó en su canal de Telegram que según datos preliminares, a bordo del avión había 43 pasajeros, entre ellos 5 niños, y 6 miembros de la tripulación. Asimismo, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos, declaró tres días de luto y ordenó bajar las banderas a media asta.

Sin señal de alerta

El aparato, un An-24 de 1976, impactó contra una colina cuando iba a la ciudad siberiana de Tynda

Una flota antigua

La compañía Angara Airlines, con 10 aeronaves que llevan 50 años en uso, fue inspeccionada este mes

«Lamento informarles de que no hay sobrevivientes del accidente del avión An-24 en el distrito de Tynda . Los rescatistas ya llegaron al lugar del accidente», declaró Orlov en las redes sociales.

El Gobierno federal ruso explicó, por su parte, que ha creado ya una comisión para lidiar con las consecuencias del accidente. Asimismo, el Kremlin afirmó que el presidente ruso, Vladímir Putin, había sido notificado del suceso.

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La compañía Angara Airlines, una aerolínea regional privada con sede en Siberia que opera diez aviones An-24 construidos entre 1972 y 1976, se había sometido a su última inspección este mismo mes por parte del Servicio Federal de Supervisión de Transporte (Rostransnadzor). El modelo An-24, un avión soviético propulsado por hélices, tiene más de 50 años y el primero de ellos se fabricó en 1959 y se dejó de producir dos décadas más tarde, en 1979.

Un aparato de Angara Airlines similar al siniestrado este jueves. Reuters

Permiso de vuelo hasta 2036

El mismo aparato que se estrelló este jueves recibió un certificado en 2021 que le autorizaba a seguir volando por lo menos hasta 2036. El avión realizaba un vuelo regular de Angara y su matrícula indicaba que fue construido en 1976. Había sido operado previamente por la aerolínea de bandera soviética Aeroflot antes del colapso de la Unión Soviética en 1991.

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Angara fue una de las dos aerolíneas siberianas que el año pasado pidieron al Ejecutivo ruso que extendiera la vida útil de los aviones Antonov, mientras los fabricantes nacionales de aviones se apresuraban a llenar el vacío dejado por el éxodo de fabricantes extranjeros a raíz de la guerra en Ucrania.

Los An-24, propulsados por hélice, apodados «tractores voladores», son considerados muy fiables por la industria de la aviación rusa y son muy adecuados para las duras condiciones de Siberia, ya que pueden operar a temperaturas bajo cero y no necesitan aterrizar en pistas. Pero los ejecutivos de las aerolíneas, los pilotos y los expertos de la industria dicen que el coste de mantenerlos ha aumentado después de que las sanciones occidentales contra Moscú por la invasión afectaran la inversión y el acceso a las piezas.

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De hecho, muchos de estos longevos aparatos debían ser retirados del servicio en los próximos años, pero la producción en masa del nuevo Ladoga, de la misma clase que el An-24, no comenzará hasta 2027, como poco.

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