Armenia camina hacia la UE a pesar de las amenazas de Rusia
Siguiendo el ejemplo de Ucrania, Georgia y Moldavia, el pequeño país del Cáucaso busca integrarse a Occidente
Armenia históricamente ha sido un aliado fiel y sólido de Moscú, que lo defendió de otros países. Durante muchos años incluso formó parte del Imperio ... Ruso y de la Unión Soviética. Esos tiempos, sin embargo, son muy diferentes del futuro que busca el Ejecutivo dirigido por el primer ministro, Nikol Pashinián. La Cámara Baja aprobó el pasado marzo la última revisión a la ley de Integración con la UE. Aunque las intenciones del actual gabinete son claras, el camino que tiene por delante este pequeño país del Cáucaso Sur de tres millones de habitantes será largo.
Para cimentar el camino europeo, las autoridades armenias tienen la intención de celebrar una consulta popular sobre la adhesión del país en la UE. Lo explicó el presidente de la Asamblea Nacional (el Parlamento), Alen Simonián. «Creo que en el futuro cercano tendremos este referéndum y nuestra gente dirá 'sí'», aeseveró en junio de 2024. Opinó también que la sociedad «ya ha tomado la decisión de ser parte de la Unión Europea» al votar por los actuales dirigentes.
Noticia relacionada
Rusia teme que se desmoronen las alianzas en su patio trasero
Según una estadística del Instituto Republicano Internacional (de capital estadounidense), el 58% de los armenios encuestados expresaron apoyo a la adhesión europea de Armenia en un hipotético referéndum, mientras que solo el 13% se opone. Entre los que se manifestaron a favor, el 40% valoró positivamente la posible mejora de la seguridad y estabilidad si se entra en el Eurogrupo.
El rumbo que ha empezado Pashinián tiene señales de advertencia. Además de buscar un enfoque más europeo de las relaciones internacionales, Ereván también busca apartarse de organizaciones internacionales lideradas o influenciadas por Rusia, como es el caso de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva y la Unión Económica Euroasiática.
De la primera Pashinián ya apuntó en septiembre de 2024 que la relación entre su país y este bloque militar estaba en un punto de «no retorno» e incluso lo tildó de «amenaza para la seguridad y soberanía armenia». Entonces congeló su afiliación y lamentó la inacción de la alianza cuando Azerbaiyán atacó y conquistó el enclave de Nagorno-Karabaj (reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán pero fue un estado no reconocido) en 2023 y ni Moscú ni la alianza apoyaron a Ereván a defender a sus aliados. En aquel momento la inacción rusa ya respondía a un castigo indirecto por su coqueteo con Occidente.
Putin puede tratar de desestabilizar el país con sus representantes en el ámbito político armenio
El acercamiento a la UE puede conllevar también un encarecimiento del gas que importa Armenia
El viceprimer ministro ruso, Alexei Overchuk, a principios de año consideró los primeros pasos hacia la integración europea de Armenia como el principio del fin de la membresía de la Unión Económica Euroasiática, una suerte de calco de la UE con Rusia como principal referente. El mismo político eslavo advirtió que el país caucásico podría perder el libre comercio con Moscú y pagaría más por el gas que recibe de Rusia.
Señala Alexander Melikishvili a este diario, analista de riesgo, que «en un escenario extremo Rusia puede desestabilizar Armenia a través de sus representantes en la política armenia, echando a Pashinián del poder y poniendo en su lugar un régimen más amistoso y obediente, a la par que iliberal». Además explica el analista que «Rusia tiene muchos activos importantes en Armenia, incluídos los ferrocarriles».
Hayk Kasamanián, politólogo internacionalista especializado en Armenia, remarca, por su parte, a este periódico que es difícil que su país llegue a formar parte de la UE «a medio y largo plazo». «Aunque es probable que sea nombrado candidato oficial de adhesión a la UE para que el Gobierno actual desgastado por temas de inseguridad pueda ser reelegido», sostiene. Así se añadiría a la lista formada por países como Serbia, Bosnia Herzegovina, Georgia, Ucrania, Macedonia del Norte, Montenegro, Albania y Turquía.
Este último lleva su proceso de adhesión congelado desde hace años, por ello aunque empezó en 1999 no ha avanzado significativamente. Asevera Kasamanián que lo mínimo que puede hacer Bruselas es «que liberalicen los visados antes de la campaña electoral para que puedan vender al electorado (la idea de) vamos a Europa». Entrar en la UE no es un proceso ni simple ni rápido, tal y como puede demostrar el ejemplo turco o los balcánicos. Serbia recibió el estatus de candidato en 2010, mientras que Albania y Montenegro lo hicieron en 2014 y 2010, respectivamente.
Los pioneros en la UE
Armenia no es el primer Estado que busca cambiar Moscú por Bruselas. Los ejemplos más exitosos son los denostados por el Kremlin Estonia, Letonia y Lituania. Fueron los primeros que buscaron huir del dominio de Rusia incluso antes de la disolución de la URSS en 1991. También fueron los que menos tardaron en integrarse en Occidente tras la debacle del bloque soviético. Tras una dura época de reformas y de choque económico, algo que compartieron con otras repúblicas exsoviéticas, ingresaron gustosamente tanto en la OTAN como en la UE. En 2004 fue cuando se integraron tanto en la alianza transatlántica como en el Eurogrupo. El resultado fue positivo para los bálticos, que mejoraron su nivel de vida, se beneficiaron del mercado único y recibieron apoyo para construir sus democracias, que eran muy jóvenes cuando se unieron a la UE.
En aquel momento, en 2004, Rusia buscaba también tener buenas relaciones con Occidente y apenas protestó por dichas adhesiones, entonces incluso sonó la idea en 2002 de incluir a la misma Rusia en la Unión, una idea del primer ministro italiano de entonces Silvio Berlusconi. Esta dinámica de buena vecindad cambió años más tarde, y cuando más países exsoviéticos quisieron tomar un giro pro-UE a su política internacional la actitud de Moscú ya fue distinta. Estos fueron Georgia, Ucrania y Moldavia, que recibieron el estatus de candidatos en 2022. Todos tienen en común la voluntad del Kremlin de conservarlos en su órbita, la existencia de territorios rebeldes aliados con Vladímir Putin y la presencia de tropas rusas en sus fronteras.
El caso de Transnistria, en Moldavia, y de Abjasia y Osetia del Sur, en Georgia, son los más paradigmáticos. En Ucrania el Kremlin fue un paso más allá e incluso se anexionó Crimea y las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Algunas de estas antes de ser incorporadas a Rusia a través de referéndums considerados por la mayor parte de los países del mundo no legítimos, fueron Estados no reconocidos, como la República de Crimea (cuya «independencia» duró un día) y las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
Crimea fue ocupada en 2014 por militares rusos que no portaban insignias, mientras que armó y apoyó a las milicias prorrusas del Donbás, al este de Ucrania. Cuando empezó la guerra entre Rusia y Ucrania en 2022, Moscú buscó enseguida proteger a sus aliados de Donetsk y Lugansk y posteriormente buscó integrarlos en sus fronteras. Cuando en 2008 Tiflis buscó recuperar sus territorios rebeldes, Moscú acudió en su rescate en la breve guerra rusogeorgiana. Tras una semana el Gobierno del entonces primer ministro Mijáil Saakashvili capituló. Después del conflicto Rusia empezó a reconocer como Estados a Osetia del Sur y Abjasia, además de promover que sus socios siguieran sus pasos. A día de hoy menos de una decena de países lo hacen.
Después de estos precedentes, es inevitable pensar en cómo sería en el caso armenio. De entrada señala Melikishvili «mientras Rusia mantenga presencia militar en Armenia, los esfuerzos del Gobierno para acercarse a la UE estarán muy limitados». Sin embargo, apunta que «los escenarios de Ucrania, Moldavia o Georgia son menos probable». Armenia no tiene una minoría étnica diferente en su territorio (como sí sucede en Abjasia y Osetia del Sur), y tampoco una rusa que esté muy localizada (lo que sucede tanto en Transnistria como en las antiguas RP de Donetsk y Lugansk), por lo que apoyar a separatistas en su territorio no sería algo sencillo. Señala además el analista que la separación geográfica con Rusia, con la que no comparte una frontera directa, «complica cualquier plan de invasión militar».
Lo que sí está en las manos del Kremlin es el castigo económico. El país caucásico depende en gran medida del comercio con Moscú. En 2023 el país euroasiático fue el mayor socio comercial de Ereván, según datos del Observatorio de la Complejidad Económica. Las importaciones ascendieron a 3,37 mil millones de euros, mientras que las exportaciones armenias fueron de 2,93 mil millones de euros. Según el analista de riesgo «Rusia es capaz de aplicar presión económica contra Armenia, incluyendo restricciones en el comercio».
«Acuerdos de asociación»
Kasanián apunta que a Armenia según él «no le interesa formar parte de la UE». Ve como más positivo «tener acuerdos de asociación sin estar y conservar la soberanía». Lamenta que la economía del país no se va a beneficiar de la libertad de circulación de bienes y mercancías al no ser competitiva. «A eso hay que sumar que los productos armenios no se conocen en Europa, muchos no saben ubicar el país», opina. Nombra algunos casos como el lavash (masa de pan fino), coñac o la marca de agua Jermuk… Kasanián utiliza este último para ejemplificar su punto. «Jermuk es como el Vichy Catalán, pero más conocido en Rusia, pero en Europa no van a poder competir con Perrier o con el mismo Vichy».
Otro aspecto que critica el politólogo son los posibles problemas migratorios y de seguridad. «Si Lukashenko (presidente bielorruso) tolera que usen su suelo para que migrantes desafíen las fronteras de la UE (eso sucede principalmente en la frontera bielorrusa con Polonia y Lituania), ¿por qué no lo va a hacer Azerbaiyán con afganos?», pregunta. En definitiva, recuerda que Europa «carece de ejército propio y por lo tanto de capacidad coactiva». Esta idea de una fuerzas armadas europeas es algo que el líder francés, Emmanuel Macron, ha defendido en más de una ocasión para defenderse de Rusia e incluso de Estados Unidos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.