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El estigma de la piel blanca

Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.

Jueves, 17 de mayo 2018, 00:48

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Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país. — Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.
Yasuyoshi Chiba - AFP

Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.

Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.

Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país. — Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.
Yasuyoshi Chiba - AFP

Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.

Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.

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Yasuyoshi Chiba - AFP

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Yasuyoshi Chiba - AFP

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Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país. — Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.
Yasuyoshi Chiba - AFP

Son un tabú y una maldición para las familias y se les considera menos que humanos. En algunos países de África Oriental padecer albinismo, un trastorno genético que produce la ausencia total o parcial de pigmentación en la piel, equivale a ser un apestado y estar condenado a muerte. Según ciertas supersticiones el cuerpo de los albinos atrae la buena suerte y es un poderoso talismán. Por esta razón, en zonas rurales de Tanzania (donde están tomadas las fotografías), es frecuente el asesinato para comerciar con partes de sus cuerpos con los que elaborar conjuros y elixires. En los últimos tiempos alrededor de 10.000 albinos han tenido que escapar de su país.

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Yasuyoshi Chiba - AFP

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