Azpeitia cierra el polideportivo, la oficina de turismo y el centro de día tras el foco del Casco Viejo
Osakidetza pide una PCR a quienes estuvieron en la zona de Erdikale los pasados días 7, 8 y 9
Macarena Tejada
Sábado, 15 de agosto 2020, 11:03
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El Ayuntamiento de Azpeitia ha clausurado el polideportivo, la oficina de turismo y el centro de día tras el foco de covid-19 detectado en el Casco Viejo del municipio guipuzcoano.
El Departamento de Salud y Osakidetza anunciaron este viernes la realización de test PCR para detectar posibles casos de covid-19 a las personas que los días 7, 8 y 9 de agostoestuvieran en los bares de la calle Erdikale de la localidad guipuzcoana. De este modo, se han suspendido todos los servicios municipales y para los próximos días permanecerán cerradas la piscina, el polideportivo y la oficina de turismo. También, se ha acordado el cierre del centro de día.
El llamamiento de Osakidetza a los clientes de los bares de la Parte Vieja, en especial de Erdikale, para hacerse la PCR no ha cogido a nadie por sorpresa. En pleno corazón del municipio, es una zona de ocio muy concurrida, tanto por jóvenes como por mayores, «aunque estos últimos años hay mucho ambiente nocturno», reconocen varios adolescentes que esperan su turno para la prueba en el frontón del pueblo, justo enfrente del ambulatorio, que ha sido acondicionado como centro logístico donde realizar las PCR desde ayer y hasta mañana. Después de que el jueves se notificaran 13 nuevos positivos en Azpeitia, la mayoría de personas que habían estado en Erdikale, todos aquellos que los días 7, 8 y 9 de este mes entraron en algún establecimiento de esta zona deben realizarse la prueba. Como medida preventiva, el Ayuntamiento, junto al departamento de Salud, ha acordado cerrar todos los bares de la Parte Vieja hasta que a comienzos de semana se conozca el resultado de las PCR y se pueda hacer una nueva valoración.
Se espera un fin de semana ajetreado en esta localidad de Urola Costa. Cuesta encontrarse algún azpeitiarra que no haya frecuentado la calle Erdikale y sus alrededores en los últimos días. Solo ayer se hicieron alrededor de 500 test PCR y hoy se prevén más pruebas todavía. Entre los afectados hay gente de todas las edades, pese a que los jóvenes siguen siendo mayoría. Malen Bastida es una de ellas. El pasado fin de semana se acercó a esa zona de bares a tomar algo después de cenar. «Es el plan de casi todos los sábados. Nos juntamos muchos jóvenes ahí», aclara, mientras se coloca bien la mascarilla, de la que se ha tenido que desprender para someterse a la prueba. La PCR le ha resultado «molesta», aunque «no tanto como esperaba». Solo desea no estar contagiada. No tiene miedo, –«no soy persona de riesgo»–, pero tampoco quiere poner en peligro a sus familiares que sí forman parte del colectivo más vulnerable de esta pandemia.
Unos minutos después, una de las enfermeras llama a Eneko Odriozola. Le toca a él comprobar si tiene o no coronavirus tras haber cenado con su hermana en un bar de Erdikale. Se enteró de lo sucedido cuando leía el periódico por internet y no dudó en llamar al ambulatorio para coger cita. Le atendieron enseguida. «Ahora toca quedarse en casa hasta saber el resultado», dice un tanto resignado. «Tengo un poco de miedo, pero confío en no haberme infectado», añade.
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Como la mayoría de jóvenes azpeitiarras, Eneko suele frecuentar la zona afectada. También es una calle a la que Maite Garmendia acude a menudo, aunque no comparta la franja de edad con Eneko. Esta mujer sale «a potear todos los domingos» a Erdikale. Por su ubicación, «es un lugar estupendo para ir a tomar algo», explica Maite, que se encuentra en proceso oncológico por lo que confía en no haberse contagiado. «He tomado todas las medidas que están a mi alcance, pero vengo a descartar que tenga coronavirus», apunta mientras espera su turno.
Sin apenas movimiento
Se respira un ambiente extraño en Azpeitia. Apenas hay gente por la calle y los que pasean lo hacen dirección al ambulatorio. Tienen que realizarse la PCR. Antes de que el consistorio se reuniera con los hosteleros, encuentro en el que se acordó cerrar los bares por precaución, el Amaia Taberna seguía abierto, aunque solo con dos clientes. «Parece que la culpa siempre es de los bares, pero mira cuántos focos ha habido en otros sectores. No se nos puede señalar con el dedo cuando hemos cuidado al máximo la higiene», se queja una de sus propietarias, Karin Kupchik.
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Sea como fuere, los datos hablan por sí solos. El incremento de casos en Azpeitia ha sido notable, por lo que el Ayuntamiento ha tenido que extremar las medidas, que no solo repercuten en la hostelería. La alcaldesa Nagore Alkorta anunció ayer «el cierre de los servicios municipales que hasta ahora han estado en marcha, como la piscina o el polideportivo, y el del centro de día. También quedan restringidas las visitas a la residencia de mayores».
El objetivo durante este fin de semana es realizar un cribado masivo para poder evaluar la situación el lunes, cuando se conozcan todos los datos. Mientras tanto, piden a los azpeitiarras evitar reuniones sociales y quedarse en casa hasta conocer el resultado de la PCR.
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