El surrealista ataque de Lucía Etxebarria a los bilbaínos con el feminismo
La escritora les reprocha que no ayuden con las maletas «a una señora mayor» y lo vincula con el movimiento feminista: «Significa que te están quitando tu empoderamiento...»
A. Mateos
Jueves, 24 de julio 2025, 09:05
Lucía Etxebarria ha estado recientemente en Bilbao y, al parecer, no se ha ido muy contenta. A la escritora le molestó especialmente que ningún hombre o mujer le ayudase a cargar las maletas que llevaba encima y lo achacó al feminismo. «Jamás te ayudarán porque les han dicho que si te llevan la maleta eso significa que te están quitando tu empoderamiento o algo», escribió en sus redes sociales junto a una foto en la Intermodal.
El post de la escritora comienza con un halago a los bilbaínos antes de soltar el palo. «En general, son extraordinariamente amables. Siempre que les pides que te ayuden para llegar a un sitio o si les pides una dirección o si les preguntas si falta mucho para llegar a determinada estación, te lo indican con mucha claridad y exquisita educación...»
Pero enseguida cambia el registro. «Hay algo que nunca hacen, ayudarte con las maletas», reprochó mientras empezó a vincular el gesto de buena fe con las razas. «En Madrid, en cuanto voy en el metro con una maleta siempre hay un hombre (en general latino, hispano o árabe, o norafricano...) que me ayuda a cargarla».
Etxebarria cree que es cuestión de educación. «Ven a una señora mayor con el pelo blanco cargando una maleta y hay algo en su educación que les impulsa inmediatamente a llevarla ellos. La maleta, digo», llega a escribir sobre los madrileños. E incluso manda un mensaje a los bilbaínos: «No confunda usted un feminismo mal entendido con ser un desabrido».
Después, Etxebarria se olvida de las maletas y se centra en los asientos del metro. Esta vez, mete a Madrid y Bilbao en el mismo saco... «la única persona que te ofrece el asiento siempre es alguien hispano, latino o árabe... a veces africano».
El surrealista post de Etxebarria culmina con un mensaje hacia los hombres: «Si me veis intentar subir unas escaleras del metro, o de la estación de autobús, o de la del tren con una maleta y estoy echando el bofe por el esfuerzo, no penséis que me ofendéis si me ofreces ayudar a cargarla. Me hacéis un favor inmenso si la cargáis, de hecho».