Mario Vaquerizo sorprende a Alaska en 'El Hormiguero': «Voy a volver con el giratutto»
La cantante acudió para presentar la serie documental 'Alaska revelada' y su pareja apareció en el plató: «He pedido permiso a mi neuróloga a ver si podía venir sin collarín y me ha dicho que no»
'Alaska revelada' es el título de la nueva serie documental que protagoniza la polifacética cantante del 'A quién le importa'. Y la artista acudió a 'El Hormiguero' para presentarla. «Es el mismo equipo que hizo el documental de Miguel Bosé, que me encantó, pero es que Miguel es un misterio hasta para mí. Entonces, yo que lo he contado todo, pensaba que no iba a tener interés. Pero al plantearlo con una estructura de tres capítulos dedicados a la salud, el dinero y el amor, es algo que no necesita de cronología, es más íntimo y privado. Y sí que hay cosas que no sabíais de mí», definía Olvido Gara que arrancaba la charla con Pablo Motos hablando de su curioso nacimiento. «Fue casi un milagro. Nací sin pelo, pesando un kilo y medio y casi estrangulada por el cordón umbilical. Y mi madre siempre ha contado que una niña llamada Rosita le habló a través de la ouija y le dijo que estaba en cinta. Y mi madre no sabía que era eso y, además, pensaba que no podía quedarse embarazada», recordaba.
«Supongo que, al crecer en México, no tuve clases de religión, no me enseñaron los dogmas de la fe… Mi abuela me enseñó a rezar el 'padrenuestro' en inglés y consideraban que con eso era suficiente. Tenían muy poca simpatía por el estamento religioso, pero mucha fe y mucha espiritualidad», comentaba Alaska que también hablaba de su bisexualidad. «Con doce años ves a Bowie y entiendes que el mundo es de una amplitud de miras increíble. Yo no sabía ni lo que me gustaba. Hombre, me han gustado los chicos siempre, pero pensé que, si esos chicos que me gustaban tanto hablaban de bisexualidad, será que es posible. Y te abres esa ventana. Pero es verdad que lo de las chicas es más estético y, cuando alguna vez he estado con alguna, me ha parecido maravilloso, pero yo me enamoro de los chicos», precisaba.
Las operaciones estéticas también han protagonizado la vida de Alaska. «Yo medía lo mismo a los once años que ahora, 1,54. Era de las altas de mi clase y de las más desarrolladas. Me daba vergüenza y me tapaba el pecho con la carpeta. Y un día le pedí a Santa Gema que parase aquello. El caso es que paró. Y, con el tiempo, descubrí que aquello que yo había pedido que no quería tener era una de las cosas que más me gustaban del mundo, así que tuve que poner remedio», explicaba. Y se retocó. «Me parece relativamente frívolo tachar de frivolidad el mejorar un aspecto físico y no el mejorar tu capacidad intelectual. Para mí es parte de lo mismo: crearte, construirte, ir hacia donde tú quieres ser», indicaba. Eso sí, no lleva la cuenta de sus pasos por el quirófano. «No sé cuántos retoques me he hecho. No es una colección. Tengo muchísimas operaciones menos de las que querría, pero es que hago otras cosas en mi vida», ironizaba.
Fue una de las musas de la movida madrileña y las drogas revoloteaban a su alrededor. «A mí nunca me interesaron porque, entre otras cosas, veía los estragos que hacían a mi alrededor. Y, además, cuando las probaba no me interesaban nada. No tengo ningún mérito, es que no me han gustado», afirmaba indicando que la única adicción que tiene es «a las patatas fritas». La última parte de la entrevista contó con la aparición de Mario Vaquerizo. «Llevamos un par de meses bastante complicados», confesaba Alaska antes de recibir a su pareja. El cantante apareció con collarín y reivindicando el programa. «Mi casa es 'El Hormiguero'. Viva 'El Hormiguero', ninguna otra cosa más», brindaba antes de hablar de su situación. «Tengo mucha salud. No veo bien, pero tengo mucha salud. Duermo con el collarín y con Alaska. Hoy he pedido permiso a mi neuróloga a ver si podía venir sin collarín y me ha dicho que no», manifestaba el de las Nancys Rubias.
«¿Te viste en una silla de ruedas?», preguntaba Motos a un entregado Vaquerizo. «No me lo permití. En el momento en que me dan un pronóstico muy reservado y me dicen que quizá no voy a ver bien, mi cerebro pensó que, si no veo, me lo invento. Empiezo los conciertos en marzo y tengo que fortalecer la musculatura también, y si tengo que salir en silla de ruedas, saldré. Porque la cosa es cómo sales en la silla de ruedas», declaraba. Y avanzaba su intención de regresar por todo lo alto, literalmente. «Yo voy a volver con el giratutto, ¡eh! Si. El giratutto no tiene la culpa. Además, quiero salir en giratutto, con un elevador y un quitamiedos. Y con una tirolina», remataba.