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Atresmedia
Así fue la confesión de Daniel Sancho a la Policía: «En poco tiempo se llenó todo de sangre»

Así fue la confesión de Daniel Sancho a la Policía: «En poco tiempo se llenó todo de sangre»

El programa 'Y ahora Sonsoles' ha emitido en exclusiva un vídeo con la narración del asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta en el que se revelan nuevos detalles como que el cocinero comenzó a trocear su cuerpo por la mano

S. Osorio

Lunes, 4 de septiembre 2023

A punto de cumplirse un mes del asesinato y posterior desmembramiento de Edwin Arrieta, se van conociendo más detalles del truculento crimen. Y en concreto de la voz del propio Daniel Sancho, que permanece en la prisión de Koh Sumui a la espera de juicio en el que podría ser condenado a pena de muerte. El programa 'Y ahora Sonsoles' ha emitido en exclusiva este lunes un vídeo con la confesión del cocinero de 29 años a la Policía tailandesa.

El espacio de Atresmedia ha tenido acceso a la reconstrucción de los hechos narrados por el hijo de Rodolfo Sancho pocas horas después de haber reconocido ante las autoridades locales haber matado y descuartizado en varias decenas de pedazos al médico colombiano con el que mantenía una relación. La escena, hasta ahora inédita, transcurre en el bungalow en el que se alojaba el joven en la isla de Koh Phangan y donde comenzó a enseñarse con el cirujano tras iniciarse una discusión entre ambos.

Las imágenes muestran al joven tranquilo y sosegado, sin aparentes nervios ante las preguntas de la Policía en la habitación que compartía con Arrieta. Esposado y acompañado de varios miembros del cuerpo y de una traductora, el hijo de Rodolfo Sancho comienza con su explicación sentado en la cama, vestido con bañador y camiseta y con gafas de sol y en algunos momentos con una visera ocultando su media melena. El encargado de la investigación trata de conocer qué les había pasado a ambos antes de que Sancho golpeara al cirujano plástico. «Estábamos hablando de todo un poco, lo que ya os he contado», señala el joven al inspector, quien insiste en saber de qué temas hablaban. «¿De tener sexo?», le pregunta. 

«Sí, yo le dije que no podía seguir haciéndolo más. Esto tiene que acabar. No quiero hacerlo más. Me levante, el retrocedió hacia atrás y yo empecé a hablar más gesticulando. Y cogí fuerza hacia atrás y le pegué un puñetazo (en la mandíbula)», afirma Sancho delante de los allí presentes. Mientras, el doctor Arrieta le decía, según relató ante la Policía, «tú eres mío». En ese momento, los policías le piden al joven que trate de recrear la escena y ellos mismos le sueltan las esposas, un gesto que el autor confeso del crimen agradece. «Es imposible recrear algo con las esposas«, dice Sancho.

Dentro de la villa, de tan solo 32 metros cuadrados, había 10 personas, más el cámara que grababa la reconstrucción y el propio Sancho. Además, había 4 dispositivos que lo grababan todo. Los investigadores tailandeses insistían mucho en inmortalizar el momento y, tanto es así, que incluso repitieron el golpe del baño en una ocasión para poder tomar la foto. En ese momento, comienza a ofrecer más detalles del escabroso crimen bajo la atenta mirada de los agentes. «Lo tenía contra el baño. Así, entonces, él me agarro, me mordió. Yo lo levanté del suelo y y le hice ¡bum!. Luego se quedó inconsciente, todo estaba lleno de sangre en poco tiempo, yo salí del lavabo», continúa narrando Sancho, quien no obstante muestra algunas lagunas de memoria.

Risas de los agentes

«Estoy intentando acordarme de todo, quizá le pegué una vez más. Es posible que le golpeara más. Me quedé en la habitación como dos horas. Me senté... Estaba como que no sabía», añade. En las imágenes también se observa cómo los policías tailandeses le pidieron recrear el momento en el que arrastró el cuerpo de Edwin o cómo sujetó el cuchillo para asestarle la puñalada.

El joven relata cómo comenzó a descuartizar su cuerpo. Asegura que cogió al colombiano de las piernas mientras estaba en el baño y lo llevó a la ducha. En ese momento utiliza al inspector jefe para simular cómo lo arrastró hasta el plato de ducha, lo que provoca las carcajadas del agente, quien no duda en decir que Daniel «tiene mucha fuerza». Una vez ahí lo lavó con el agua. «La puse caliente a tope para que la sangre no se coagulase y se pegase», precisa.

Posteriormente lo deja ahí y empezó a traer las bolsas. «Traje la sierra y el machete», afirma, y los llevó hasta el baño. Los tenía encima de la litera. Cuenta, además, que después giró el cadáver, lo puso boca abajo, le quitó la cartera y el reloj y empezó a desmembrarle por la mano. En el vídeo se ve cómo le piden que coja un peine a modo de cuchillo y simule que está descuartizando el cuerpo. «¿Es realmente necesario?», pregunta. Posteriormente, cuenta, cortó el resto de trozos y los metió en bolsas.

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