Broncano rompe las reglas y enfoca a la competencia en las Campanadas

Como no podía ser de otra manera, el humor y la ironía dominaron la retransmisión de las Campanadas de TVE, lideradas por David Broncano y Lalachus. Ella se mostraba más nerviosa que él, que ya había avisado de que no le esperaran hasta unos minutos antes de que comenzara la emisión. Era broma, claro, pero ese aire caótico era el que explotó el dúo durante esos minutos en que millones de ojos les observaban. El programa comenzó con el cómico encaramado a un tejado a la sombra del anuncio del Tío Pepe. «La he liado, Lala, ahora el tejado está mojado y no puedo bajar. Estoy mal», afirmaba Broncano. «Eres Spiderman», ponderaba su compañera.

«La cuerda la he puesto yo recordando mi época de escalador», explicaba David mientras bajaba de las alturas con bombo y todo. Una vez en tierra, Broncano admiraba el momento que les había tocado vivir. «De Fuenlabrada al ático de Sol», le decía a Lalachús. Un megáfono entró en juego para acabar de romper la cuarta pared y saludar al resto de cadenas. Se acabó la competencia. Las cámaras enfocaban a Cristina Pedroche y Alberto Chicote, que estaban en el balcón de al lado.

«Te imaginas que llevamos esta locura a tope y partimos la pantalla?», comentaba jocoso Broncano señalando a la competencia. El troleo seguía. «Cortarlo, cortarlo. Esto no puede ser», bromeaba al ver que Chicote y Pedroche aparecían en la pantalla de TVE. «Me gustaría enviarles un saludo. Con Alberto y Cristina me llevo bien», aseguraba David que no dudó en tirar de megáfono y gritar a la pareja contraria. «A qué hora son las uvas?», preguntaba entre risas. Y puntualizaba: «Estamos de buen rollo, aunque por un lado puede parecer un poco feo». El caso es que siguieron con la chanza y Chicote y Pedroche acabaron claudicando y saludaron a sus rivales. «Os queremos. Hicimos historia!», gritaban los de 'La Revuelta'.

La anarquía se frenaba. «Tranquilos porque se va a hacer todo como se debe», calmaban Broncano y Lalachus antes de saludar en los idiomas de las distintas comunidades autónomas, incluido el euskera. «Y a la gente de Valencia, mucha fuerza», manifestaban.

Lalachus lucía un vestido de fiesta con gran escote en pico, tirante al hombro, brillos y alguna transparencia que despertó las mejores críticas en las redes sociales. Él iba con el clásico esmoquin, pajarita blanca y rompía los cánones con unos calcetines rojos con motivos navideños de David Bisbal. Como amuleto, el comunicador aportó unas aceitunas de Jaén. «Un abrazo a todos los trabajadores y trabajadoras del campo», lanzó. Lalachus sumó como talismán una estampita de la vaquilla del 'Gran Prix'.

A pocos minutos de las doce, la pareja expresaba sus deseos de año nuevo. «Desearía que 2025 nos acerque, al menos un poquito, a una vivienda digna para todos», declaraba. Ella apuntaba a los 'haters' que le han atacado desde internet. «Ojalá que dejemos de criticar los cuerpos», exponía. Dispuestos a no dejar títere con cabeza, Broncano no dejó pasar el momento de mostrar una pizarra en la que les pedían que se «enrollaran dos minutos». Risas. «Esto está saliendo bastante bien», opinaba ella mientras él se cambiaba las zapatillas por unos zapatos de vestir.

El reloj marcó la medianoche y Broncano y Lalachus presumía de poder dar paso al último y al primer anuncio del año. «Aquí se han dejado parne», aseveraban. Y con las campanadas, se comieron las uvas, aunque les habían dicho que era mejor no hacerlo. Desgobierno controlado hasta el final.

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