Patti Smith, cabeza de cartel del Azkena, en cinco canciones

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En realidad, su álbum de debut entero, 'Horses', merecería figurar en la selección, en su condición de pieza clave para entender la segunda mitad de los 70 y la escena neoyorquina, pero la obligación de elegir nos empuja de manera casi inevitable hacia el tema que lo abre. En teoría, es una versión del 'Gloria' que Van Morrison había grabado con Them una década antes, pero Patti emprende un complejo reciclaje de la canción hasta transformarla en algo muy diferente, ya desde ese mítico verso de arranque: «Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos». El corazón se acelera en un intento de seguir el ritmo.

La carrera de Patti Smith siempre ha ocupado un lugar intermedio entre la poesía y el rock, que en sus manos se convierten en insuperables aliados. El resultado de la suma pueden ser angustiosas creaciones de espíritu 'underground' o productos de belleza transversal como este 'Pissing In A River', una de las contadas canciones sobre el amor que mencionan la orina y los intestinos. «¿Qué más puedo darte? Chico, no lo sé. ¿Qué más puedo darte para hacer que esto crezca?», pregunta la letra de este tema de intensidad creciente que sirvió como sencillo de su segundo álbum, 'Radio Ethiopia'. Los que prefieran su faceta más inconformista pueden acudir al tema que daba título al disco, un holocausto ruidista de diez minutos.

No falta quien reprocha a Patti Smith sus intentos de tener éxito, como si la vocación de ser escuchada constituyese una traición imperdonable a sus inicios rupturistas. En realidad, sus canciones más famosas a nivel masivo (es decir, esta y la siguiente de nuestra selección) se combinan sin grandes sobresaltos con el resto de su producción, quizá porque siempre ha sabido dotar a sus interpretaciones de una fuerza particular, o quizá simplemente porque se contagian de su esencial rebeldía. 'Because The Night' parte de una composición de Bruce Springsteen, que llevaba meses peleándose con ella sin lograr terminarla: al final, se la cedió a Patti, que añadió sus propias estrofas y consiguió así su mayor éxito. La letra -que en su momento adaptaron al español los navarros Tahúres Zurdos- cuenta la angustia de las noches sin la persona amada.

Trece años antes, cuando se produjo la bofetada de 'Horses', pocos habrían pensado que Patti Smith podía legar a la posteridad una canción como esta, que sirve como himno para corear en las situaciones más inesperadas. La compuso junto a su esposo Fred 'Sonic' Smith, miembro de los míticos MC5, y ya nació con ese propósito de aunar a las multitudes en un sentimiento colectivo. El matrimonio quería reavivar el espíritu comunal de las propuestas contra la guerra de Vietnam y la contracultura sesentera, y triunfó en el intento, aunque Fred murió antes de que la canción se difundiese a escala planetaria: «No vivió para verlo, pero yo sí lo he visto. He participado en marchas por todo el mundo en las que la gente ha empezado a cantarla de manera espontánea, sea en París, con los palestinos, en España, en Nueva York, en Washington... Me conmueve mucho ver cómo se ha cumplido este sueño», ha celebrado Patti.

Con los artistas de recorrido largo y fecundo, como Patti, se comete a menudo la injusticia de mirar solo sus primeras obras, las que les sirvieron de presentación ante el mundo. Es cierto que, con el tiempo, se experimenta la lógica mengua de la capacidad de sorpresa, pero nuestra protagonista tiene creaciones de madurez tan válidas como 'Banga', su álbum de 2012, un artefacto repleto de referencias mitológicas e históricas que evidencia la dificultad de catalogar a la artista. 'Banga', la canción, está inspirada por el perro de una novela de Bulgákov. La compuso a medias con su viejo cómplice Lenny Kaye y en ella toca la guitarra su amigo Johnny Depp.