Una herramienta contra el bullying
La joven Martina Massana acaba de publicar 'Yo también soy diferente', «una guía práctica con parte de novela» para combatir el acoso escolar
Marta Abad
Lunes, 1 de mayo 2023, 20:31
Para un trabajo de investigación en 1º de Bachillerato, Martina Massana creó un chatbot con el propósito de combatir el acoso escolar o bullying. «Escogí este tema porque lo veía como un problema muy actual que, a mí como estudiante, me podía tocar, y además serviría para exponer el impacto de la tecnología en temas que no son tan racionales», recuerda esta joven barcelonesa. «Por suerte», ella no ha sufrido «nunca» en primera persona una situación de este tipo, pero sí conoció esta dura realidad en la escuela, a través de gente próxima, incluso amigos. «Lo he vivido de cerca, no como víctima, pero sí lo he visto como un conflicto importante», reconoce.
Gracias a la atención mediática que recibió su bot, Penguin Random House le propuso un proyecto editorial «para hablar sobre el sentimiento de la diferencia y actuar como una voz generacional para mostrar este problema y ver cómo podemos tratarlo y solucionarlo». Así nació 'Yo también soy diferente. Un libro contra el bullying', que acaba de publicarse. «Es como una guía práctica con una parte de novela. Se focaliza en explicar cómo vemos y tratamos la diferencia y qué tipos hay, pero incluye una línea de ficción que permite ejemplificar todo lo que tratamos teóricamente». La protagonista es Sara, «una chica que se siente diferente, porque entra en una escuela nueva y tiene miedo de no encajar». Cada capítulo pone el foco en una parte de su historia y «utilizamos ejemplos directos para que cuando abordo la explicación cale mucho más el mensaje en el lector», explica.
«Construir una conexión entre todas personas que se sienten diferentes, una herramienta para que puedan ver esas diferencias como algo no limitante o represivo sino como algo que explotar y llevar con mucha dignidad y orgullo» es el objetivo principal de este libro, que va dirigido a estudiantes de Secundaria y también de Bachillerato, es decir, a chavales entre 12 y 18 años. Pero como la narración comienza cuando el personaje principal va a entrar a 1º de ESO, también lo recomienda a niños de 6º de Primaria, «para enseñarles que ese cambio no tiene que darles miedo». Aunque la obra puede leerse de forma individual y resultar una «muy buena herramienta de autoconocimiento», la autora considera que es «muy interesante desde el punto de vista de reflexión colectiva como clase o curso», para «complementar y ahondar en temas de diferencia y el bullying» que ya se abordan en asignaturas como 'Cultura y valores éticos'.
Martina es una «apasionada de la tecnología». A día de hoy se encuentra«muy contenta» en primer curso de Ingeniería de Datos, aunque por el enfoque de su libro podría parecer que sus estudios universitarios irían más orientados hacia la Psicología. «Es que me interesa muchísimo la tecnología involucrada en temas sociales. Mi carrera me deja la posibilidad de trabajar en ámbitos muy diferentes. En el futuro me gustaría profundizar en cómo la tecnología puede impactar en temas sociales», aclara la joven, que se muestra«encantada con la experiencia de escribir un libro que ayude a la gente y que tenga un propósito definido». Estos días su agenda está repleta de entrevistas y charlas de promoción, coincidiendo también con el Día Internacional Contra el Acoso Escolar, que se celebra el 2 de mayo.
Pedir ayuda
A quien sufre acoso escolar le cuesta pedir ayuda. ¿Por qué? «Porque hace real el problema, evidencia que la víctima, que es la que debe dar el paso, está en una situación súper vulnerable y se siente inferior y reducida, en comparación a la persona que le está haciendo bullying», señala Massana. «Esto a veces puede causar vergüenza, incomodidad e insatisfacción con uno mismo. Además, la víctima tiene miedo, porque no sabe si la situación irá a peor en vez de mejorar. En el caso de que el agresor se entere de que ha acudido a alguien, no sabe cómo va a reaccionar en respuesta a eso», añade.
Apoyo a las víctimas
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Teléfono contra el acoso escolar: 900 018 018.
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Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo): 920 202 010. www.anar.org
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Las líneas de atención telefónica pueden ser «el primer paso porque no imponen tanto respeto como hablar con alguien conocido, que te puede juzgar. A veces se necesita hablar anónimamente», indica Martina Massana. «Esa era la intención del chatbot que creé: empieza con una visión desde cero de tu problema y no tiene prejuicios».
La autora resta gravedad a la necesidad de contar con una persona externa para mediar en una situación de acoso. «No tener la fuerza suficiente para plantarle cara a alguien y tener que acudir a un tercero no quiere decir que lo estés haciendo mal o que eres peor que quien sí planta cara al agresor», insiste, y señala a padres y profesores como «los dos focos de ayuda principales». «Los padres son un muy buen punto de partida porque son los que viven contigo esa situación, aunque no se lo cuentes hasta cierto momento, pero sienten que algo puede ir mal en la escuela. Y también los profesores, si hay la confianza suficiente para abordar este tipo de problemas. Los padres te pueden dar el soporte emocional y los profesores pueden actuar en el lugar donde se está sufriendo el acoso, porque ellos son los que tienen la jurisdicción en la escuela», argumenta.
En los casos de bullying hay un tercer actor, el espectador, cuyo papel «es muy complicado, porque también está regido por el miedo. Si ves que el agresor es capaz de acosar, temes que la atención del agresor a esa víctima pase también a ti. Hay que vencer ese miedo y contarlo. Esa persona espectadora, si no puede mediar ella misma, tiene que recurrir a alguien, a un profesor, y explicar ese problema, señala Massana, tal vez recurriendo al anonimato para que sea menos imponente la situación».