Las familias reclaman mayor atención al bienestar emocional del alumnado

Está claro que la vida estudiantil es toda una aventura. Cada etapa educativa tiene sus peculiaridades y supone un viaje cargado de cambios, novedades y mucha incertidumbre hacia el futuro profesional del alumnado. En concreto, los cursos de Bachillerato son los menos valorados por los estudiantes, que se muestran descontentos con los métodos actuales de enseñanza. Por su parte, las familias reclaman una mayor atención al bienestar emocional de los alumnos y el profesorado pone el acento en el fomento de la lectura. Estos son algunos de los datos que revela el último informe impulsado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) de la Fundación SM en el que han participado más de 72.000 alumnos desde Primaria a Bachillerato y FP, 12.000 docentes, 40.000 familias y medio millar de centros de todo el Estado. Se trata de unas evaluaciones que buscan «colaborar con los centros educativos en su afán por mejorar la calidad educativa en términos de equidad y excelencia», según indica Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM.

La mayor parte de los encuestados, el 80%, se muestran satisfechos con el funcionamiento de sus colegios o institutos. "Hay, sin embargo, dos ámbitos a los que debemos prestar especial atención: el cuidado del bienestar emocional del alumnado, lo que exige incorporarlo en el proyecto del centro y en el tiempo de tutoría, y un cambio para avanzar en metodologías activas, cooperativas y por proyectos. El nuevo currículo es una oportunidad que se debe aprovechar para impulsar los cambios necesarios”, destaca Álvaro Marchesi, coordinador de la iniciativa. El impacto de la pandemia en la estabilidad emocional de los alumnos ha dado una relevancia especial a esta dimensión. Es cierto que el Covid ha provocado un distanciamiento del entorno social más importante para los adolescentes y jóvenes, que son los amigos. En este sentido, en cuanto a la educación emocional recibida, el 64% del alumnado se siente satisfecho con ella. En Bachillerato, sin embargo, el 43% de los encuestados le dan el aprobado a esta cuestión. Por su parte, las familias también creen que, mejorar el cuidado de la salud emocional de los más jóvenes es el cambio más importante para avanzar hacia una enseñanza de calidad.

El acoso escolar continúa siendo una lacra que comienza a edades cada vez más tempranas y también se abre un hueco en este informe. Según el informe PISA de 2018, el 17% de los estudiantes, casi uno de cada cinco, es víctima de este tipo de violencia en alguna ocasión cada mes. El 5,3% del alumnado afirma sentirse maltratado por sus compañeros a menudo o de forma habitual, un porcentaje que se eleva al 7,9% en los últimos cursos de Educación Primaria. No es algo que se queda únicamente entre los alumnos. A un 5,8% les han hecho sentir mal sus profesores de manera frecuente. Esta cifra crece en los últimos cursos de la etapa educativa como en la ESO, alcanzando el 6,6%. Los resultados “muestran la necesidad de analizar el problema y plantear iniciativas. Aunque habría que indagar en el tipo de maltrato, pues puede manifestarse de formas muy diversas y de distinta gravedad”, indican los impulsores del estudio. A la hora de realizar propuestas para mejorar la calidad de la enseñanza en los centros educativos, la mayoría de los alumnos apuestan por realizar más actividades fuera de las aulas para poner en práctica lo aprendido. También les gustaría llevarse menos deberes a casa y ponen en valor el trabajo cooperativo.

El profesorado lo tiene claro y marca como uno de los principales retos el ofrecer mayor importancia a la lectura en todas las áreas y materias. Por otro lado, los cuatro ámbitos en los que los educadores demandan más formación y apoyo son en la respuesta a la diversidad, en la puesta en marcha de las metodologías activas, en la enseñanza por competencias y el cuidado de la salud emocional de los estudiantes.

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