Uno para todos y todos para uno: el calendario familiar

Organizarse es parte esencial de una buena convivencia y no hay nada mejor que un calendario para enterarse de cuáles son las actividades conjuntas e individuales que tiene cada miembro. Te damos algunas ideas de cómo ponerlo en práctica.

Martes, 22 de julio 2025, 00:25

Desde que el tiempo es tiempo han sido muchas las civilizaciones que han intentado estructurarlo. Los calendarios solares de 365 días que inventaron los egipcios tenían el propósito de establecer un orden en las cosechas pero poco se imaginaban ellos que su idea iba a convertirse en una de las herramientas más útiles para las familias contemporáneas.

¡Apúntalo en el calendario!

En papel, digital, en pizarra… el formato da igual, lo importante es que sea un método que asegure la convivencia familiar plácida y, sobre todo, que la carga mental que supone llevar la organización no recaiga sobre una sola persona, como suele suceder.

Para repartir de una manera equitativa la responsabilidad de los planes y las citas es esencial que la elaboración del calendario sea colectiva. Cada miembro de la familia debería ser responsable de que las tareas y planes estén apuntados. Podéis sentaros a repasarlos en asambleas familiares semanales que también os permitan decidir entre vuestras opciones conjuntamente. Cada miembro de la familia se sentirá partícipe de la planificación y responsable de su cumplimiento, si bien hay que explicar bien el criterio de la flexibilidad. Al fin y al cabo, los calendarios no están escritos en piedra y la idea de que hay cosas que se pueden anular también es una oportunidad para el aprendizaje: qué implica, a quién se perjudica, cuándo es cortés anular un compromiso y cuando se convierte en una falta de respeto cancelar, la importancia de no sobrevalorar nuestra capacidad para socializar…

¿Y cómo lo hacemos?

Para empezar, hay que buscar la manera de que todo el mundo pueda entender que no solo se trata de compromisos sociales. En el calendario todo el mundo puede agendar actividades dirigidas, tiempo libre, tareas domésticas y descanso, siempre atendiendo a que haya un equilibrio. Los más pequeños pueden utilizar pegatinas, colores, dibujitos, lo que les haga más ilusión, para que sientan que sus necesidades también se tienen en cuenta. Los mayores, pueden apuntarlo a mano, pero siguiendo un orden. Los colores son muy útiles para establecer a quién pertenece qué o para asignarlos a un tipo de actividad. Además, si utilizamos el calendario en papel, lo mejor es que esté en un lugar visible y común, como la cocina. También se pueden implementar los post-it, que además tienen la ventaja de poderse quitar con facilidad si al final la actividad no se realiza.

Tampoco se trata de llenarlo del todo, sino de que ahí esté lo que de verdad importa. Que haya espacios en blanco en que cada persona pueda disponer de su tiempo es altamente recomendable para evitar una posible sensación de estrés.

Ocio conjunto y por separado

Evidentemente, las visitas a los médicos, las comidas familiares, los cumpleaños y los viajes de cada miembro de la familia, deberían estar apuntados, pero ¿qué más debería ir en el calendario?

Pues, por ejemplo, actividades en familia, tanto las recurrentes como las que solo suceden una vez. Podéis convocar a tardes de juegos de mesa, a preparar algún plato concreto o a una noche de cine familiar que cada miembro se turne en escoger película u organizar vuestro propio club de lectura, pero también apuntar salidas y excursiones.

Te hemos propuesto algunas ya, como las rutas de senderismo, los paseos por la ciudad o las salidas a museos con actividades infantiles, como el Guggenheim, el Itsasmuseum o el de Bellas Artes. Otras ideas pueden para hacer al aire libre pueden ser hacer una de las diez rutas por la reserva de la biosfera de Urdaibai que te proponen en esta web, pero también podéis organizar un pícnic en alguno de los parques de Bilbao, iros a los merenderos de Arraiz, aprender a hacer surf, dar un paseo en barco por la ría o ir a conocer la mítica gabarra con la que el Atleti celebra sus victorias al Itsasmuseum.

La idea de tener un calendario compartido es, en sí, una parte más de conseguir que todos los miembros de la familia participen en las rutinas semanales y celebran los momentos de calidad que todo el mundo puede compartir. Incluso podéis diseñar uno propio con alguna aplicación y fotos de cada persona, por ejemplo la de alguien que cumple años en un mes concreto, y ¡a disfrutar!

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