«Asusta ser el responsable de que no haya riesgo de contagio»
Un redactor de EL CORREO relata cómo encara la jornada como presidente en una mesa electoral
Tres mascarillas quirúrgicas, una del tipo FFP2, un bote de gel desinfectante y unos guantes de nitrilo. Esa será toda la protección que tendremos ... los presidentes y vocales de mesa hoy, en las elecciones más extrañas de las que tengo conciencia. Nací en 1978, ya en democracia, pero esta es mi primera vez como presidente. Asusta. No por el cometido de que los votos acaben correctamente en la urna y sean escrutados con precisión. Si no porque la clave está en la pandemia que nos azota desde marzo. Soy el responsable de lo que vaya a suceder en un aula del colegio El Pilar de Barakaldo. Soy responsable de que las medidas de seguridad se cumplan a raja tabla y no haya riesgo de contagio. Lo dice bien claro la ley. Dentro del lugar de votación, yo soy la autoridad. La Policía está para cumplir mis órdenes. Y no pienso pasar ni media.
Si vamos a hacer esto (votar), hagámoslo de la manera más segura. Nadie entrará en 'mi' aula sin mascarilla. La distancia entre mesas la pienso medir con un cinta métrica que llevaré de casa. Tampoco permitiré aglomeraciones. La ventilación intentaré que sea máxima. El bicho ha destrozado esta sociedad, ha golpeado a miles de familias y hay que ponerle freno de una vez. Y para eso necesitamos la colaboración de todos. ¿Miedo? No. ¿Precaución? Por supuesto.
Como presidente novato, la perspectiva de pasar 16 horas o más con mascarilla no es muy agradable. Tampoco es grato pensar que me tocaba acudir a mi puesto de trabajo y que 'la fiesta de la democracia' va a impedir que cumpla con mis obligaciones laborales. Sobre todo cuando uno piensa que hay muchísima gente en el paro y que a algunos desempleados (conozco a varios) les gustaría colaborar y cobrar la dieta de 85 euros que nos van a dar. Pero eso es otro debate. Hoy me quiero centrar en el bicho y cómo proteger lo máximo posible a todos los que pasarán por mi mesa. Nunca he militado en política y, esta vez, más que nunca, el resultado de los comicios queda ahora mismo en un segundo plano: Covid-19 es el enemigo a batir.
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