Los incidentes en el acto de Vox en Sestao empañan el inicio de la campaña

El guion estaba siendo calcado al de la pasada semana en San Francisco, pero ayer en Sestao ni siquiera hizo falta que Vox terminara su mitin para que se desatara la batalla campal. Grupos de radicales convocados por colectivos antifascistas empezaron a lanzar piedras, botes de humo, petardos y botellas de vidrio en el mismo momento en el que Santiago Abascal subía a la tribuna. En plena lluvia de objetos, la diputada nacional Rocío de Meer resultó alcanzada por una piedra en la cara que le causó una brecha en su ceja izquierda. «Sin miedo a nada ni nadie», se repuso momentos después con un mensaje en Twitter.

Varios cientos de manifestantes rodearon la plaza de San Pedro desde una hora antes de que la formación de extrema derecha comenzara su acto. El dispositivo policial de la Ertzaintza evitó la invasión, pero no resultó suficiente para frenar el incesante lanzamiento de objetos. Abascal arremetió contra el Gobierno vasco, y específicamente contra el PNV, por «permitir un acto de hostigamiento mafioso y proterrorista». El líder de Vox incluso anunció que actuarán contra el jefe del operativo de la Policía autonómica y la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, a quienes responsabilizó de no haberles protegido lo suficiente.

El mitin como tal reunió a unos cuarenta asistentes y apenas duró veinte minutos, pero la tensión se mantuvo durante horas. Los participantes, incluyendo a los propios dirigentes del partido, aguardaron cerca de una hora en el centro de la plaza, acorralados por los manifestantes. Grupos de radicales se enfrentaron a la Ertzaintza en las calles aledañas, con contenedores volcados y lanzamiento de todo tipo de objetos.

La Ertzaintza ha abierto diligencias contra tres varones como investigados -lo que anteriormente se conocía como imputados- por su presunta participación en los incidentes de anoche, y continúa las investigaciones para esclarecer penalmente quienes los provocaron. Asimismo, ha recordado que la alteración del orden público en un acto electoral puede constituir delito, tal y como establece la Ley de Régimen Electoral General, que contempla penas de 3 a 12 meses.

Hacia las 21.15 horas, los agentes permitieron la evacuación de los asistentes al acto, que fueron custodiados por un fuerte cordón policial hasta el aparcamiento anexo a la comisaría de la Ertzaintza de Sestao. Allí permanecieron casi otra hora hasta que pudieron ir abandonando con cuentagotas el municipio de la Margen Izquierda. Abascal, quien aprovechó los momentos de espera para fumarse varios puros, fue de los últimos en marcharse.

«Este no es un acto de provocación sino un acto legítimo para representar los derechos políticos de quienes viven en Sestao», manifestó el presidente de Vox. Los ataques, especialmente la agresión a De Meer, recibieron la repulsa de un nutrido grupo de representantes políticos. «Condeno este atentado contra la pluralidad y la tolerancia», manifestó el lehendakari, Iñigo Urkullu, quien aprovechó para denunciar también «la dinámica de retroalimentación sospechosa».

Ese último comentario soliviantó a integrantes de Vox como la portavoz adjunta en el Congreso, Macarena Olona. «Versión actualizada de '¿por qué los asesinados por ETA ponían la nuca'? Miseria moral», escribió en las redes sociales. El candidato de PP+Cs, Carlos Iturgaiz, lamentó que la libertad de expresión «siga amenazada» en Euskadi, mientras que el 'número dos' de Ciudadanos, Edmundo Bal, tachó los incidentes de «vergüenza intolerable».